*El organismo se ha caracterizado históricamente por ajustarse a la política de Washington.
De la redacción
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sufrió su primer tropiezo en el relevó de dirigente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Su candidato inicial, el canciller paraguayo, el derechista Rubén Ramírez Lazcano, declinó a la competencia. El gobierno de ese país sudamericano le retiró el apoyo después de que Brasil, Uruguay, Bolivia, Colombia y México anticiparon su respaldo al canciller de Surinam, Alberto Randim, quien fue electo esta mañana por aclamación, para relevar a Luis Almagro, quien actuó como peón de Estados Unidos en el organismo multilateral del continente americano.
La OEA, por lo general, es un organismo que desvirtúa sus fines y ha actuado como ejecutora de la política de Estados Unidos, por lo que se le ha llamado el Departamento de Colonias del gobierno estadounidense; sobre todo, durante el período de la “Guerra Fría” y la política anticomunista de la potencia del norte del continente.
Sin embargo, la gestión de Luis Almagro fue una de las de mayor subordinación de la OEA en la historia. Violó las propias reglas de la Organización al intervenir en los asuntos internos de los países, y hasta promovió el golpe de Estado contra Evo Morales, en Bolivia, con el argumento falso de que incurrió en fraude electoral.
En cambio, reconoce al gobierno peruano de Dina Boluarte, producto de un golpe legislativo y amenazas de intervención del ejército en su contra. El presidente electo, el maestro indígena sigue en prisión, con cargos falsos, frente a lo cual Almagro guardó silencio. La OEA tiene su sede en Washington, y Almagro durará todavía en su cargo hasta mayo.
Ante la imposibilidad de frustrar la candidatura y triunfo de Robert Randim, Estados Unidos tuvo que apoyarlo, pero para comentar su elección decidió nombrar a Michel Kozak, un funcionario menor de la Oficina para América Latina del Departamento de Estado, quien aprovechó la oportunidad para calificar de dictaduras a los gobiernos de Cuba y Venezuela, y para nada mencionó a Perú, cuyo golpe de Estado fue apoyado por Estados Unidos.
Robert Randim, quien ocupará el cargo por 5 años, tiene experiencia diplomática, pues fue secretario general adjunto de la OEA entre 2005 y 2015, durante la gestión de Insulza en la Secretaría General del organismo multilateral continental. La gestión de Luis Almagro fue severamente criticada por las representaciones de Brasil y Bolivia.
