*En cambio elevo los aranceles a 104% para los productos chinos.
De la redacción
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pospuso 90 días la entrada en vigor de sus medidas arancelarias que ya debían estarse aplicando. El anuncio tuvo efectos positivos en las bolsas de valores del mundo, comenzando por las propias de su nación, las cuales había acumulado cuantiosas pérdidas en los últimos días.
Trump, gobernante de la primera potencia económicas y militar del mundo, aclaró igualmente que a los países que no tomaron represalias por su política arancelarias les reducirá un 10 por ciento a ese impuesto, mientras que a China, el verdadero objetivo a afectar con esta política, le elevó hasta 104 por ciento el arancel a las exportaciones de ese país a Estados Unidos.
Esta política generó una confrontación al interior del equipo de cercanos colaboradores de Trump; especialmente entre Elon Musk y Navarro, el asesor para asuntos de comercio internacional. Éste atribuyó al magnate de la industria automotriz maniobras para no aplicar aranceles, por intereses y conveniencias empresariales propias.
Sostuvo que busca evitar que las piezas que importa para sus vehículos eléctricos sean grabadas con aranceles, y evitar su encarecimiento, dado que elevarían su costo de producción, con la consiguiente pérdida de competitividad en el territorio estadounidense, en cuyo gobierno es un poderoso funcionario.
Navarro fue más allá y acusó a Musk de no fabricar vehículos, sino ser un simple armador o ensamblador, ya que importa las autopartes. Esto irritó mucho al magnate, quien calificó de tonto a Navarro y luego de imbécil, para finalmente decirle que es tan inteligente como un “costal de ladrillos” y lo definió como un discapacitado mental.