*En uno de los casos integraban una célula de huachicoleros en municipios del VC-T.
La captura de dos grupos delictivos en operativos distintos en municipios del Valle Cuautitlán-Texcoco puso de manifiesto el grave problema de la infiltración de la delincuencia organizada en las corporaciones.
En ambos casos, junto a delincuentes aprehendidos en fragancia cayeron elementos de corporaciones de seguridad por su participación en esas células delictivas, a las cuales por obligación legal debían combatir.
El caso más grave y difundido fue el de los cinco uniformados descubiertos como parte de la delincuencia organizada, en su modalidad de robo de gasolina de los ductos, actividad conocida como “huachicol”.
No se trató de policías protectores de delincuentes, sino de elementos de seguridad pública de Cuautitlán, Tultitlán y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) capturados cuando con tres civiles “ordeñaban” un ducto de Petróleos Mexicanos, en territorio de Tultitlán.
Fueron detenidos por miembros de la Policía Federal en los momentos en que perpetraban el delito y para ello utilizaban patrullas, armamento y uniformes comprados con los impuestos de los contribuyentes.
Estaban asignados a proteger vidas y bienes de los mexiquenses de esa región y evitar el robo de combustibles, pero hacían todo lo contrario. Y a diferencia de los delincuentes comunes, para delinquir utilizaban bienes públicos y credenciales de las instituciones de seguridad pública a las cuales pertenecían.
Por ser el robo de gasolina un delito del fuero federal, los uniformados y civiles capturados fueron entregados a la Subsecretaría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO).
Seis días antes de la detención de este grupo de policías, fueron detenidos otros elementos policiacos de élite de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, por también formar parte de un grupo delictivo dedicado al asalto en sus diversas modalidades.
Se trató de tres uniformados, incluyendo a una mujer, quienes formaban parte del área de inteligencia de la dependencia encargada de la seguridad de los mexiquenses. La detención se efectuó en la misma región del Valle Cuautitlán-Texcoco.
Los uniformados “huachicoleros” escoltaban las pipas de combustible robado, para lo cual utilizaban las patrullas, armamento, uniformes, credenciales y equipo de radiocomunicación, de acuerdo con la información proporcionada por la Policía Federal.
De acuerdo con fuentes cercanas al caso, las investigaciones seguirán, porque existe la fundada sospecha de que hay muchos elementos policiacos involucrados con la delincuencia organizada; sobre todo, porque en el caso del robo de gasolina participaban uniformados estatales, pero también de dos municipios.