En todas las sociedades del mundo desde tiempos inmemoriales la mujer ha sido violentada, vejada y ninguneada sin consecuencia alguna; los griegos por ejemplo decían que la mujer era un “ente de cabellos largos e ideas cortas”, lo mismo ocurrió en otras culturas de acuerdo a lo registrado por la historia. Para los barbaros, las mujeres tenían el papel exclusivo de tener o generar hijos, necesarios para la guerra y para la prosperidad de la tribu, fuera de eso las mujeres se dedicaban a la caza menor, a la pesca y a cultivar los campos para alimentar a los guerreros.
La lucha por los derechos de las mujeres ha costado sangre, sudor y lágrimas hecho que ha durado cientos de años. Recientemente, ante el boom de denuncias por acoso laboral o sexual, y feminicidios a nivel internacional, quedan al descubierto cientos de miles de conductas deleznables. Sin más, los feminicidios en estados como Tamaulipas, Guerrero, Chihuahua (Juárez) Estado de México y Ciudad de México, reflejan fielmente que las damas, siguen siendo violentadas, maltratadas e ignoradas, no hemos terminado por reconocer que ese ser maravilloso, capaz de dar vida y de acompañar al hombre durante en su caminar por la vida, tiene vital importancia para el buen funcionamiento de la sociedad.
A propósito de ello, no pocos actores de la política han tropezado puesto de manifiesto su verdadera forma de pensar, misógina y falta de respeto hacia la mujer, no reparan en el hecho de que ellos mismos son producto de ese ser al que minimizan y ningunean. Ejemplos hay por montones: Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, violentó en 2003 a su entonces pareja Silvia Mirella González Martínez, quien aseguró haber sido golpeada por éste frente a su hija, razón por la cual se divorció del controvertido político neoleonés.
No es el único evento en que Rodríguez Calderón se ha visto envuelto en la polémica pues, durante un evento para promover que las madres amamanten a sus hijos, el gobernador con licencia de Nuevo León, puso como ejemplo a su madre Basilisa que lo amamantó a él y a diez hermanos “y sigue estando buenota mi mamá, buenísima está mi mamá, y no le pasó nada”. En otro evento en octubre mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama”, presento una frase, que a su vez acompañaba un par de melones y un moño rosa, evidenció una vez más la falta de respeto que le es inherente. Para acabarla, lo manifestado recientemente por este sujeto: “Mi caballo come zacate, alfalfa y un bulto de alimento por semana, mi caballo anda conmigo, como anda mi vieja, y come menos que mi vieja, entonces me sale mas barato mi caballo que mi vieja. La cosa no para ahí, el entonces precandidato a la presidencia de la republica Enrique Peña Nieto no supo cuánto costaba el kilo de tortilla en México, y lo justificó argumentando que lo desconocía porque no era la señora de la casa, como si la mujer solo sirviera para ser ama de casa.
En otro caso, el 23 de noviembre de 2016, durante la comparecencia de Luis Miranda Nava como secretario de Desarrollo Social en la Cámara de Diputados, el funcionario federal le dijo a la diputada de Morena Araceli Damían que no “había estudiado psiquiatría para entenderla”. Miranda ofendió a la legisladora luego de que la diputada lo criticara por desconocer las cifras y los temas en materia de desarrollo social y lo invitara a “ponerse a estudiar”. Luego de que el presidente de la comisión de Desarrollo Social, el priista Javier Guerrero, le solicitara a Miranda retractarse de su comentario en contra de la legisladora, al secretario no le quedó de otra más que disculparse con Damián.
Recientemente, Benjamín Medrano Quezada, diputado federal del PRI por Zacatecas, declaro en una entrevista televisiva que los hijos de madres solteras se convierten en delincuentes, por la frustración de estar solos todo el día, ya que sus madres trabajan, ello para reclamarle a la sociedad porque están solos. En su cuenta de Facebook, el diputado subió un video de diez minutos, para tratar de disculparse, pero le fue peor, los madreadores en las redes sociales fueron implacables. La mujer reviste una importancia superlativa y debe reconocerse su labor en el ámbito que sea, provenga del estrato social del que provenga.
