Y a pesar de que el capital natural es la base para la producción económica, nuestro país no ha aprovechado su potencial para el desarrollo económico y social. Como lo afirma Julia Carabias “La sociedad moderna en general no comprende las complejas interrelaciones que existen entre las especies, ni el impacto en el ecosistema cuando se extrae parte de sus elementos. Debido a que no se da valor a los bienes y servicios ambientales que provee el capital natural cualquier actividad productiva deviene más rentable que la conservación de la biodiversidad. El resultado ha sido a pesar de los múltiples esfuerzos realizados en las últimas décadas, el deterioro y la destrucción de los ecosistemas y el empobrecimiento de sus dueños”.
Es decir, las prédicas “ambientalistas” verificadas hoy en día detrás de los escritorios hoy en día son nulas, al no enfrentar a los depredadores en el campo donde todo se destruye, y lamentablemente sin adoptar las medidas sustentables necesarias para la sobrevivencia.
A Julia Carabias se le debe reconocer su espíritu de lucha por defender el capital natural en forma práctica y realista demostrada en la defensa de los ecosistemas boscosos de la selva Lacandona.
Sin embargo, existen opositores al conservacionismo precisamente por intereses particulares apoyados algunas veces por funcionarios y políticos. Y así fue el premio agresivo dado a esta defensora del medio ambiente. Un mal día fue secuestrada, vejada, encadenada durante dos días a un árbol en una acción realizada por los caciques pueblerinos manipulados por los dueños del poder y los causantes del deterioro forestal.
Un hecho que demuestra que no existen leyes, mientras la impunidad se impone en contra de los verdaderos ecologistas, los cuales en este país no se hallan en ningún partido “verde”; los cuales a pesar de infinidad de circunstancias adversas seguirán luchando sin importar la indiferencia de los gobiernos; solos, apegados a su visión y espíritu naturalista.
Continuará…
