
Reclaman reformas a leyes penales para considerar feminicidio la muerte violenta de mujer.
La muerte violenta intencional de mujeres, aun de quienes se dedican a actividades delictivas, también debe considerarse feminicidio, porque tiene como causa el ingreso inducido o forzado por parte de sus parejas sentimentales a los grupos criminales, sostienen organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Esa participación en actividades al margen de la ley no es voluntaria ni libre, y las coloca en condiciones de vulnerabilidad y expone a sufrir la muerte o la cárcel. Son los hombres quienes las introducen a la criminalidad, con ello las ubican en situación de riesgo y acaban finalmente asesinadas; además, los victimarios generalmente son hombres, recalcó María de Jesús Cabrera Ozuna, luchadora social.
Esta idea de cambiar las leyes para que aun en los casos de mujeres delincuentes asesinadas intencionalmente sean tipificados como feminicidios, por el componente machista señalado, cobra fuerza en las organizaciones defensoras de los derechos humanos y en especial de luchadoras y luchadoras por los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia.
Esta exigencia se intensificó a partir de que representantes de agencias de la ONU, en México demandaron investigar como feminicidio la ejecución de Guadalupe Campanur, dirigente indígena y defensora de los bosques de Chéran, Michoacán.
En el mismo sentido se pronunció ya la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Amnistía Internacional México y el Instituto Nacional de las Mujeres, pero la diferencia es que esas instituciones del país e internacionales plantean solamente que las investigaciones tengan una perspectiva de género, y sean los resultados de las indagatorias las que determinen si en cada caso se trató o no de un feminicidio.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG’s) sostienen en que todas las muertes violentas intencionales de mujeres, incluso de quienes se dedican a la delincuencia, sean tipificadas como feminicidio, porque se colocan al margen de la ley inducidas u obligadas por sus parejas sentimentales, con lo cual de inicio son víctimas del engaño que consiste en el enamorarlas con el deliberado propósito de que formen parte de esos grupos criminales.
Por amar y depositar toda su confianza en el delincuente que procede de mala fe, se dedican después a delinquir, por inducción.
De cualquier manera Cabrera Ozuna consideró un avance en la lucha por lograr una vida libre de violencia para las mujeres que todos los homicidios dolosos de las mismas sean investigados con perspectiva de género, porque hace unos años ni siquiera se había visibilizado el grave problema de la violencia contra las mujeres, e insistió en la necesidad de modificar el tipo penal del feminicidio.