Creció población mundial 194% en 65 años, y demanda alimentación

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*Los sismos no son ocasionados por el hombre, pero sí genera condiciones para daños.

 

Los efectos devastadores de los sismos del 7 y 19 de septiembre del año pasado son aún objeto de debate en los círculos académicos y científicos con preocupaciones sociales. El debate está entre quienes los consideran desastres naturales puros, y quienes les dan categoría social y consideran error quedarse en aquella vieja interpretación.

Destaca en el nuevo enfoque Julio Muñoz Rubio, investigador de la UNAM. Sostiene que si bien los temblores son impredecibles y no interviene el hombre para que ocurran, ni puede evitarlos, si es responsable de sus efectos demoledores en las construcciones, con muertos, lesionados y cuantiosos daños materiales.

El investigador destacó que en las lamentables resultados de los sismos es claro intento de desvincular el origen de los fenómenos telúricos de sus efectos: derrumbes de edificios, muertos, heridos y desaparecidos, cuando en realidad ocurren en estrecha relación, y los daños son el resultado de la conjugación de actos del hombre.

Entre ellos, el académico e investigador enumeró el crecimiento anárquico de las ciudades, la falta de planeación, la construcción de inmuebles sin respetar las normas, la utilización de materiales de construcción de mala calidad -permitida por corrupción- y el desprecio por las condiciones geológicas de los predios donde se edifica, motivados por el afán de mayor ganancia en el menor tiempo posible.

Es la primera vez que desde la academia se examinan los sismos y sus consecuencias con énfasis en la intervención del hombre en la generación de condiciones de vulnerabilidad de la población y el número de víctimas

 

POBLACIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO

Si en los sismos el hombre no tiene intervención, sí es clara su responsabilidad en el cambio climático, por la irracional explotación de los recursos naturales y su contaminación, de acuerdo con especialistas en el tema.

La población mundial crece a un ritmo varias veces mayor al de hace siglos, y presiona los recursos naturales y los daña también per cápita mucho más que antes, de acuerdo con los últimos datos disponibles sobre el tema. Y ahora consume más alimentos.

Como ejemplo de ello, especialistas en el tema destacan que en el primer año después de Cristo; es decir, de nuestra era, los habitantes del planeta sumaban ya 200 millones, mientras 10 mil años antes de Cristo eran apenas un millón. Pero entre 1950, cuando eran 2 mil 518 millones, y 2015, último año con datos convalidados, se alcanzaron los 7 mil 376 millones, para un aumento del 194 por ciento en sólo 65 años.

El problema para la conservación y uso racional de los recursos naturales consiste en que los 2 mil 518 millones de seres humanos de 1950 consumían y depredaban por persona menos recursos naturales que los 7 mil 376 millones actuales, lo cual explica el acelerado ritmo del cambio climático, con las consecuencias conocidas: huracanes, sequías, inundaciones, falta de agua potable y otras calamidades.

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