(Primera parte)
De pena ajena la forma en que se llevaron a cabo las precampañas electorales y seguramente las campañas próximas, pero aun peor el pomposamente llamado “periodo intercampañas”. El INE y su ridícula postura de no permitir a los candidatos participar en debates y mesas de análisis ¿Cómo nos enteraremos entonces de sus posturas, de sus estrategias y de su preparación para el cargo?
Este proceso electoral del 2018 en particular, se ha convertido en un lodazal al que nadie escapa. Sin duda la difícil situación económica por la que atraviesa el país, la inseguridad, la violencia y la corrupción, han hecho estragos en dicho proceso. Los aspirantes a la silla presidencial enfrentan graves problemas de credibilidad por los señalamientos de corrupción en su contra.
Los ahora candidatos tenían bien armadas y diseñadas sus campañas, pero la eventualidad les ha hecho recular y volver al pasado. Durante este trayecto político se muestran incapaces de hacer propuestas viables y claras. Nuevamente son capaces de construir el puente y el rio, si fuera necesario para asegurar el voto; Sin embargo, sus acostumbrados mítines políticos carecen de originalidad. Son poco creativos, con acciones arcaicas, pero demasiado burdas, pues cada declaración se convierte en un boomerang.
Los “suspirantes” están bajo el escrutinio público, aun así, no es raro ver durante este periodo de proselitismo, el acarreo, el chantaje y el soborno con tal de conseguir el objetivo. No por nada las filtraciones hechas a los medios han pegado de manera importante a cada uno de estos políticos abanderados de las distintas coaliciones. La lamentable situación que se vive en el país modifico de sopetón nuestra vida cotidiana debido a la efervescencia política. La seguridad y a la paz social, se han visto alteradas de manera importante, y en algunos casos, (los menos gracias a dios), han generado verdadera anarquía, por el descuido de nuestros gobernantes que parecen mas interesados en sus aspiraciones políticas, que en resolver la problemática que enfrenta el país.
Lamentable también que los candidatos se dediquen a denostar, vituperar y descalificar a los otros en vez de emitir propuestas viables y creíbles para sus posibles electores. Lamentable también, que utilicen toda clase de artimañas para tratar de conseguir el voto del electorado, y digo lamentable porque parece que las ideas se han agotado y ahora solo queda el recurso de regresar a antiguas practicas como la guerra sucia, el fuego amigo, la calumnia y la extorsión, donde el que el ofrezca más, y el que enlode más será el vencedor.
Esto con las reservas del caso, porque el electorado ya no se chupa el dedo ni se traga el cuento de la filantropía, sencillez y bondad de los políticos. Las distintas expresiones políticas hacen uso y rehúso de artimañas que no escapan a la percepción de la ciudadanía.