El accidente de Marichuy en BCS puso, además, al desnudo este grave problema.
El problema de la aspirante a candidata presidencial independiente, María de Jesús Patricio Martínez, “Marichuy”, puso al descubierto la permisibilidad del gobierno mexicano en la comercialización de vehículos considerados de los más inseguros del mundo.
La dirigente indígena resultó lesionada, junto con otras personas, en una volcadura ocurrida el día 14 de este mes en Baja California. Murió una de sus compañeras. Viajaban en una camioneta “Nissan-Urvan”. El vehículo quedó con las llantas para arriba. La organización no gubernamental “El Poder del Consumidor” alertó sobre la venta en el país de automotores inseguros, que no se venden en Estados Unidos, Europa ni Japón.
Ese es el caso del tipo de camionetas en la cual se accidentó “Marichuy”: no reúne las condiciones de seguridad exigidas por las normas de esas naciones, pero aquí se utilizan como unidades del servicio de transporte colectivo.
La Urvan no cuenta con frenos ABS, ni cinturones de seguridad de tres puntos de apoyo, ni barra electrónica de estabilidad, ni bolsas de aire más que para el conductor, por lo que ni siquiera en Japón -de donde es la firma fabricante- la quieren.
En México la comercializan sin problemas, ante la indiferencia de las autoridades, como ocurre también con el “Tsuru”, ya descontinuado, pero que por muchos años fue uno de los de mayor venta, a pesar de que el “Poder del Consumidor” lo considera el más inseguro que se vendía en México. Ya no lo producen, pero millones de seminuevos o verdaderas “chatarras” circulan por carreteras, vialidades y calles de las ciudades de todo el país.