Los Ayuntamientos, Incapaces de Proteger sus
Bienes Inmuebles, Menos Protegerán los Privados
Todo el país padece por la falta de eficacia de las instituciones en los tres órdenes de gobierno. Las consecuencias de este déficit en el desempeño de las autoridades son catastróficas para el interés superior de la nación. No otra es la raíz de los graves problemas nacionales, estatales y municipales, cuyas víctimas son los mexicanos, pero especialmente esos más de 65 millones de personas en pobreza y pobreza extrema.
El mal funcionamiento de los gobiernos federal, estatales y municipales, a pesar de sus efectos desastrosos en las condiciones de vida de la población, ni siquiera merece reflexión y debate, como lo demuestra su ausencia en las preocupaciones de los candidatos presidenciales. No hablan del tema.
Sin resolver esta costosa falla gubernamental en los tres ámbitos de competencia institucional, ningún otro problema ni, menos, la situación general del país podrán ser superados. Empero la ineficacia o mal rendimiento de las instituciones no figura entre las inquietudes más sentidas de la sociedad.
Sobre este tema el contralor del Poder Legislativo, Victorino Barrios Dávalos, expuso la cruda realidad de los bienes inmuebles propiedad municipal, un problema que en realidad no debería existir, porque podría resolverse sólo con disposición de los cabildos para solucionarlo.
El patrimonio público inmobiliario de los municipios no está regularizado. Los síndicos, responsables legales de integrar el inventario de los edificios y predios propiedad de cada demarcación no cumplen con esta responsabilidad, en un descuido que refleja, precisamente, la ineficacia institucional, aun en quehaceres nada complejos.
Si un gobierno municipal no es capaz de levantar un inventario de sus propiedades inmuebles, con su ubicación exacta, superficie y colindancias, escriturarlas e inscribirlas ante la autoridad de la materia para tener la plena seguridad jurídica de esos bienes, menos se interesará por proteger el patrimonio de los gobernados.
Lo más preocupante es que la sociedad no ha percibido la gravedad de la situación, ni el impacto negativo en sus niveles de bienestar, por lo que no exige eficacia y buen desempeño de sus autoridades. En este aspecto no sea ha hecho conciencia en que en ese mal funcionamiento de las instituciones está la causa de todos los problemas.