

*Carta a la Redacción
Tlalnepantla, Méx., a 27 de enero 2018
Lic. Augusto Lozano Robles
Presidente Editor de “El Espectador”
Licenciado: Le escribo para comentar la gran preocupación del gobierno y parte de los mexicanos por el posible fin del Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos y Canadá y por la reducción de impuestos a las empresas en el vecino país del norte, que establecerá una gran diferencia con lo que formalmente se les cobra en nuestro territorio.
Soy profesor y mi formación profesional (doy lengua española) no permite un análisis certero y profundo de lo que podrá ocurrir si finaliza el TLC. De cualquier manera, creo que no sería lo mejor para nosotros, porque he leído que México le vende más a Estados Unidos de lo que le compra.
De lo que sí estoy seguro es de que la pura reducción del pago de impuestos a las grandes empresas en suelo estadounidense no le hará perder tanta competitividad a México, como se espera y preocupa, por la sencilla razón de que aun cuando aquí oficialmente estén obligadas a pagar el 35 por ciento de impuesto, en la práctica casi nada pagan.
Las autoridades fiscales les permiten muchas deducciones y les devuelven cuanto pagan, como esos más de un billón 240 mil millones de pesos que les regresaron en 4 años, como se publicó en “El Espectador”. Allá el gobierno sí les cobra cuanto legalmente deben pagar, por eso la rebaja a 21 por ciento de la carga impositiva de todos modos en la práctica seguirá siendo mayor en Estados Unidos que en México, porque aquí, también como lo han publicado desde hace años muchos medios informativos, grandes empresas llegan a pagar finalmente menos de mil pesos de impuestos anuales. Y eso lo saben bien las compañías.
Le agradecerá publicar mi comentario.
Prof. Jaime Solano Radilla