
*El equipo de Televisa derrocha enjundia; los otros dos, riegan apatía en las canchas.
Si un equipo tiene millones de malquerientes en el país, ese es el América, propiedad de Emilio Azcárraga Jean. Los cronistas deportivos de Televisa, con su parcialidad a favor del equipo y los propios árbitros, que le ayudan, han hecho antipopular al conjunto.
No obstante, un análisis desprejuiciado, objetivo, como debe hacerlo cualquier profesional del periodismo, no puede dejar de reconocer la enjundia, la vehemencia que derrochan en las canchas los jugadores de las “Águilas”.
Pueden jugar mal o bien, ganar, perder o empatar, pero nunca dejan de pelear. Defienden con energía y atacan con decisión, tanto en su cancha como en la casa de los rivales, lo cual le ha permitido ubicarse en los primeros lugares de la tabla y entusiasmar a sus seguidores.
Si se toma en cuenta que con 27 puntos un equipo “amarra” el pase a la liguilla, aunque sea en el octavo lugar, puede anticiparse que el América, al igual que Toluca y Tigres estarán en esa fase del torneo, en la cual se define el título. Y no se diga del Santos, el equipo sorpresa de la competencia, y que en el anterior torneo hizo un mal papel.
La otra cara de la moneda la constituyen el equipo de la UNAM y los Rayados de Monterrey. Equipos con buenos jugadores, en los últimos partidos han incurrido en indolencia, apatía, por lo cual peligra su calificación, si bien no están descartados, porque faltan muchos puntos por disputar y el campeonato no tiene alta calidad, además, una racha de tres triunfos encaraman hasta lo alto de la tabla a cualquier conjunto.
Otro equipo también con dificultades para estar entre los 8 mejores del torneo es el León, pero el problema del club del Bajío es diferente: es desordenado en la cancha; sobre todo, en la defensa, pero no es apático, ni negligente.
En cambio, los jugadores de Rayados y Pumas, con pocas excepciones, son mezquinos en el esfuerzo colectivo. Con facilidad pierden el balón porque no luchan por conservarlo. No traducen en eficacia y contundencia la calidad de sus caros jugadores.
El Cruz Azul, otro equipo con costosa nómina, tiene los mismos problemas, pero no ha funcionado desde hace muchos años, y ya ni es noticia que pierda ante equipos a los cuales debería vencer con facilidad.
Los futbolistas de Monterrey y UNAM juegan con tanta indiferencia que, cuando con facilidad pierden la pelota, no muestran preocupación o enojo en el rostro. Hasta parece que les gusta entregar el balón al rival.
Están peores en la tabla de calificación otros equipos, pero en su descargo tienen el hecho de que carecen de grandes jugadores, por ello no puede exigírseles lo mismo que a los que desperdician a sus costosos futbolistas.