Como represalia contra el envenenamiento de un exespía ruso y su hija en Inglaterra, atribuido por las autoridades británicas a operaciones rusas, Estados Unidos, Canada y más de diez países europeos anunciaron la expulsión de la mayor cantidad de diplomáticos rusos en la historia. La situación diplomática es la más grave desde el término oficial de la Guerra Fría tras el desmantelamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Además de Estados Unidos y Canadá, naciones como Alemania, Francia, Italia, España, Dinamarca, Países Bajos y Finlandia anunciaron la implementación de medidas similares. Al grupo de países miembros de la OTAN, se sumaron países considerados satélites de la ex URSS, como Ucrania, la República Checa y los países bálticos.
El presidente Ruso, Vladimir Putin, ha calificado la expulsión de sus diplomáticos como “un paso inamistoso” y adelantó que su nación dará una respuesta similar.
La expulsión simultánea de tal cantidad de diplomáticos pone de manifiesto un intenso y discreto cabildeo de la cancillería norteamericana, al respecto naciones como México se han reservado su derecho a ejercer acciones similares en tanto no se compruebe “puntualmente el involucramiento o intervención” del estado Ruso en el caso de Sergei Skripal.
Tan solo en los Estados Unidos, el número de diplomáticos que tendrán una semana para salir del país alcanza los sesenta, en todos las casos tanto en América como en Europa se presume se trata de agentes de inteligencia rusos con credenciales diplomáticas.
