1-Su amistad con el yerno de Trump y su influencia sin límite en la administración del presidente Enrique Peña Nieto le garantiza a l canciller Luís Videgaray permanecer en su cargo, pero después de la posición fijada por el mandatario frente al hostigamiento a México y a su gobierno de parte del gobernante estadounidense el comportamiento sumiso de Videgaray lo colocó en una situación débil e incómoda como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
2-Nada se sabe de las actividades de Ignacio Pichardo Lechuga, coordinador general de la campaña electoral de José Antonio Meade en el Estado de México. Ni los priístas conocen si está trabajando o si puede localizársele en alguna dirección fija. Ignoran también si formó algún equipo de colaboradores para buscar el voto para el abanderado presidencial priísta en esta entidad, que es el principal bastión del tricolor.
3-Dueños de diarios locales recuerdan que hace 6 años no les pagaron la publicidad de la campaña del ahora saliente jefe de la nación, Enrique Peña Nieto. Al final, comentan, responsabilizaron a Roberto Calleja de cubrir los adeudos, pero éste nunca lo hizo, y después dejó la Secretaría de Prensa del CEN del PRI para irse al área de comunicación social del Poder Ejecutivo Federal, sin cumplir con el encargo.
