
*En la misma línea de cooperación, barcos de la Guardia Costera USA están en mares mexicanos.
El número de indocumentados centroamericanos fichados por el gobierno federal, cuyos datos de identificación -como huellas digitales, iris y otras señas particulares- fueron entregados al Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos pudieron ser casi cien mil tan sólo en 2017, no 30 mil, como lo difundió el influyente diario “The Washington Post”.
El Instituto Nacional de Migración (INM) reconoció la entrega a Estados Unidos de esos datos, pero justificó la decisión del gobierno mexicano con el argumento de responder a un convenio de colaboración, incluido en un acuerdo firmado por ambos gobiernos en 2012, como parte del más amplio convenio llamado “Plan Mérida”, aceptado en 2008 por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, a propuesta de George W. Bush, en ese tiempo mandatario estadounidense.
En ese mismo acuerdo estaría el permiso para que barcos de la Guardia Costera del vecino país del norte recorran mares mexicanos, como lo publicó hace poco este semanario, incluyendo una fotografía de uno de ellos, en aguas de Oaxaca, y de lo cual no se ha informado ni a los senadores.
Las fichas de los migrantes entregadas al gobierno de la potencia económica y militar incluyeron a los deportados; es decir, a quienes no obtuvieron permiso de las autoridades mexicanas para permanecer en nuestro territorio, pero cuyos datos personales de cualquier manera terminaron en manos del gobierno estadounidense.
El escándalo generado por la información difundida por el prestigiado cotidiano estadounidense ocasionó en México que legisladores de oposición estén exigiendo la comparecencia ante el Senado de la República de los secretarios Alfonso Navarrete Prida, de Gobernación; y Luís Videgaray Caso, de Relaciones Exteriores, para que informen detalladamente si los hechos dados a conocer por el diario estadounidense responde a la realidad, en cuyo caso “México estaría haciéndole el trabajo sucio” a Estados Unidos.
El INM confirmó que cerca de 96 mil extranjeros indocumentados pasaron por sus instalaciones el año pasado, todos fueron fichados, y si México entregó 30 mil de esas fichas, como informó “The Washington Post”, debió hacer lo mismo con todos, no sólo con una parte.
La prensa de Estados Unidos reveló que el gobierno federal consintió incluso que elementos del Departamento de Seguridad Nacional del vecino país interrogaran directamente en los centros de detención del INM a los indocumentados centroamericanos.
Como presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa abrió las puertas del país a elementos de las distintas agencias de seguridad pública de Estados Unidos, a cambio de apoyo económico, material, de asesoría en la lucha contra la delincuencia organizada y respaldo tecnológico, dentro del convenio llamado “Plan Mérida”.
No obstante, la entrega de fichas completas de los indocumentados, con sus huellas dactilares, iris ocular y señas particulares, incluyendo cicatrices, lunares y tatuaje, habrían sido entregados ya en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
El INM aduce que este intercambio de información sobre personas constituye una práctica ordinaria en la cooperación con otros países, pero el convenio que lo permite se mantuvo en secreto, y así habría permanecido si altos funcionarios estadounidense no hubieran filtrado esa información al diario estadounidense.