Es visible ya la pugna entre el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y el todavía canciller Luís Videgaray Caso por quedarse con los saldos o retazos del PRI si José Antonio Meade pierde la elección presidencial, o por el Poder Ejecutivo Federal, si ganara.
El priismo mexiquense debería sentirse agraviado por esos comentarios y posibilidades, porque los analistas para nada mencionan al presidente Enrique Peña Nieto, supuesto primer priísta del país, como protagonista de esa confrontación interna priísta.
En realidad esa pugna solo tendrá sentido si Meade ganara la presidencia, en caso contrario se prevé una purga, como la sucedida cuando Madrazo perdió la elección frente a Calderón, y el desplazamiento completo del grupo priísta en el poder.
Salinas lleva ventaja además, porque si ganara Ricardo Anaya, conservaría mucho de su actual poder e influencia. Y pensar que cuando Videgaray llegó al Estado de México era una pieza menor en la estructura de poder fáctico de CSG.
