
Es tan mala la situación de la campaña electoral de José Antonio Meade que el presidente Enrique Peña Nieto decidió remover al dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza. Era mal representante del priismo nacional, como se dijo aquí el lunes, pero se ve muy difícil que el puro cambio de presidente del CEN de ese partido sea suficiente para sacar a Meade del tercer lugar.
Ochoa no tenía liderazgo; sin embargo, el principal problema del abanderado presidencial consiste en la insatisfacción social por los resultados de los gobiernos federal, estatales y municipales priístas. Y esa percepción no cambiará con este cambio, a menos que se terminaran la inseguridad pública, la pobreza, la corrupción y la impunidad en menos de 60 días. Imposible pues.
René Juárez Cisneros, el relevó de Ochoa Reza en la presidencia del CEN, es un hombre de origen humilde. Su papá fue mesero en conocido restaurante de Acapulco, en donde el mismo laboraba como ayudante en sus vacaciones escolares. Destacó mucho en la política de Guerrero. Fue dirigente estatal de su partido, diputado local y federal, senador y gobernador. Hizo su carrera a la sombra de Rubén Figueroa Alcocer, y a escala nacional su último cargo fue subsecretario de Gobernación en la secretaría del mismo nombre.
Sorprende que el nuevo dirigente nacional del PRI no pertenezca al grupo de neoliberales que tiene como líder a Luís Videgaray Caso. Después del presidente Enrique Peña Nieto, el canciller hace y deshace en el gobierno federal y el PRI. Los priístas acusan a Videgaray de ser el culpable de imponerles la candidatura de Meade, que no resultó idóneo, como lo pensaba el verdadero mando del tricolor.
Están seguros ahora de que Miguel Ángel Osorio Chong hubiera tenido mayores posibilidades de triunfo, porque sin haber llegado a candidato tenía una intención de voto mayor que la que tiene actualmente Meade.
Diversos analistas han comenzado a señalar que los verdaderos esfuerzos de la estructura priísta se encaminan más a dar batalla en el resto de los cargos en juego en la jornada del primero de Julio, tratando ya no de lograr el ‘carro completo’ que buscaba Peña Nieto hace seis años, si no más bien de evitar un ‘carro vacío’, y es allí dónde Juárez Cisneros podría dar mejores resultados que Ochoa Reza.