
1-La UAEM, máxima casa de estudios mexiquense, está en un proceso de cambios a su norma interna, que se empató con los procesos electorales federales y locales, en una situación no idónea para la tranquilidad de la institución. Fue mala la idea de hacer reformas en época de intensa lucha por la presidencia de la República, por el Senado y la Cámara de Diputados Federal, además de los ayuntamientos y la Legislatura Local. Son tiempo políticamente delicados, por lo que la prudencia y el sentido común recomiendan posponer la discusión y el debate sobre cuestiones domésticas de la Universidad.
2-En el debate sobre los cambios a la legislación de la Universidad Autónoma mexiquense hay acuerdo en la propuesta de extender a 6 años el período de los rectores, pero hay desacuerdos en otros cambios que pueden constituir un retroceso en aspectos fundamentales de la institución, no solo la principal generadora y transmisora de conocimientos científicos, tecnológicos y humanistas, sino también pensamiento crítico en el Estado.
3-La UAEM debe evitar que intereses políticos la conviertan en arena para dirimir diferencias en la disputa de espacios de poder e influencia, inclusive negocios. Los mandos de la institución deben estar a la altura de los desafíos del momento.