*La política migratoria de USA responde sus ciclos económicos, y ahora, a Trump.
Las deportaciones de mexicanos por parte de Estados Unidos aumentaron un 125 por ciento en sólo 2 meses de este año, comparadas con el mismo período de 2017 y 2016, destacó el economista Rafael Juárez Toledo, coautor de un trabajo sobre el tema.
En el bimestre enero-febrero de 2018 los connacionales expulsados del vecino país sumaron 32 mil, para un incremento del 125 por ciento en comparación con los 14 mil de los primeros dos meses del último año del gobierno de Barack Obama, según la investigación del grupo de académicos.
De la misma forma, explicó, tradicionalmente la política migratoria de los Estados Unidos específicamente hacía los indocumentados ha estado determinada por el comportamiento de la economía.
En tiempos de expansión de las actividades productivas de Estados Unidos se flexibiliza el trato a los migrantes, porque los necesitan para satisfacer la demanda de mano obra calificada y sin calificación, expuso el especialista.
Por el contrario, comparó, cuando hay crisis económicas, se endurece la política migratoria del vecino país. Así ha sido siempre, pero sea como sea, el retorno de mexicanos tiene consecuencias adversas en nuestro país, subrayó.
Entre esos efectos inconvenientes destaca las presiones sobre el mercado laboral mexicano, caracterizado por los empleos precarios con bajos salarios incluso en la economía formal y la pérdida año con año de plazas bien remuneradas, lamentó el economista.
Junto con sus compañeros que realizaron el estudio, Juárez Toledo participó en el Congreso Internacional “Los desafíos demográficos de México y América Latina, agenda política y procesos electorales”, organizado por la UAEM, por conducto del Centro de Investigación y Estudios de Población.
En la mesa correspondiente a este tema, se destacó igualmente la ventaja de la mano de obra que regresa de Estados Unidos, porque allá adquieren calificación. El problema, se aclaró, consiste en que la economía del país es endeble y no genera puestos laborales bien pagados.
Se generan vacantes en la economía formal, pero mal pagados, que no pueden satisfacer las necesidades de esa mano de obra calificada, y peor está la situación en la economía informal, donde está aproximadamente la mitad de los mexicanos ocupados.
Para efectos de seguridad social estos millones de mexicanos no existen, porque no aportan las cuotas para disponer de servicios médicos, ni para obtener créditos para viviendas, y mucho menos para una jubilación.