*Los países que no aplicaron el neoliberalismo crecen más del doble que México.
El argumento justificatorio de la ineficacia para conducir la economía nacional a un ritmo mayor al registrado desde hace 30 años es un mito: en el mundo y en América Latina hay ejemplo de naciones con mucho dinamismo de su economía, de acuerdo con un análisis de “El Espectador” a información de expertos en el tema.
Una serie de estudios de especialistas en economía y finanzas; sobre todo, de Antonio Gershenson, desnudó esa falacia, al presentar ejemplos de países con alto crecimiento económico, inclusive con distribución equitativa del ingreso, como ocurre con Vietnam, ahora socio de México en el Tratado Integral y Progresista Transpacífico (TPP).
Los ejemplos más contundentes de que puede crecerse mucho más del ritmo al que lo hace la economía mexicana son los de las dos naciones más pobladas del Mundo: China e India, pero también Indonesia, las exrepúblicas soviéticas de Uzbekistan, Tadzhikistan, Mongolia e Indonesia. Y no son países pequeños, sino grandes en territorio y producto interno bruto: China es la segunda potencia económica mundial, sólo por debajo de Estados Unidos, y su peso demográfico es el mayor del planeta.
Tiene una población de mil 400 millones de personas y junto con la India, mil 300 millones de seres humanos e Indonesia, suman globalmente 3 mil millones de habitantes. La economía de China, cuando anda mal crece al 7 por ciento, pero cundo registra mayor dinamismo supera el 8.5 por ciento anual, lo que el PIB de México aumenta en 4 años.
El crecimiento económico de la India supera el 7 por ciento, y el resto de las naciones mencionadas no bajan del 5 por ciento, por lo que el mediocre crecimiento del PIB no es mundial, como lo dice nuestro gobierno para justificar la mala conducción de la economía.
Los especialistas en estos temas destacan que los países cuyos gobiernos siguen plegados a las políticas dictadas por el Consenso de Washington son quienes padecen menor crecimiento económico, mayor concentración de la riqueza, acelerada expansión de la pobreza y pérdida de soberanía frente al poder financiero mundial.
En el caso de México el problema es mayor, porque diez años antes de que se impusiera el neoliberalismo y la globalización económica por parte del Consenso de Washington ya había abierto sus fronteras casi en forma indiscriminada al comercio mundial.
El gobierno se adelantó 10 años al inicio formal del neoliberalismo y la globalización impuestos principalmente por Ronald Reagan, de Estados Unidos y Margaret Thatcher, del Reino Unido, por conducto de las agencias financieras Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Departamento del Tesoro estadounidense.
La apertura comercial en condiciones desventajosas para México la inició Miguel de la Madrid Hurtado y, con entusiasmo digno de mejor objetivo, Carlos Salinas de Gortari aplicó las medidas del Consenso de Washington como el retiro del Estado de la economía con la venta o regalo de las empresas públicas, leyes laborales regresivas, desregulación del comercio, reducción de subsidios y liberación del mercado a bienes extranjeros. Ahora México crece muy poco y su población se empobrece a ritmo acelerado.