Con la Ejecución del Periodista Carlos Huerta, Suman 47 en el Sexenio Peñista; Casi Todos en Provincia

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Juan Carlos Huerta (q.e.p.d)
*Justo al cumplirse un año de la ejecución de Javier Valdez mataron J. Carlos Huerta.

Un año exacto después de la ejecución del periodista y escritor sinaloense Javier Valdez Cárdenas, cuando en varias ciudades del país se efectuaban manifestaciones para exigir el esclarecimiento de ese homicidio y demandar seguridad para los informadores y analistas profesionales, en Tabasco fue asesinado Juan Carlos Huerta, conductor de noticieros de radio y televisión.

El comunicador viajaba en su automóvil cuando fue interceptado por un grupo de hombres armados que se transportaban en dos vehículos, de uno de los cuales bajó un sicario para dispararle y darle muerte.

Días antes, en Tijuana, periodistas mexicanos y extranjeros habían dado a conocer que durante el presente sexenio han sido asesinados 47 informadores y analistas profesionales. El número se eleva a 140 desde 1999, además de 6 desaparecidos. A esta cifra debe agregarse el nombre de Juan Carlos Huerta, muerto el día 15 de este mes, en Villa Hermosa, capital de Tabasco.

En un lienzo pintado y colocado cerca del mar, en la malla metálica que separa a México de Estados Unidos, los periodistas de ambos países dieron a conocer la relación completa de cada uno de los periodistas asesinados en los últimos 18 años, entre los cuales sobresale la alta letalidad para el gremio registrada en este sexenio: 47 ejecuciones, incluyendo la de Juan Carlos Huerta.

El gobierno de Tabasco dispuso medidas cautelares en favor de la familia del comunicador ejecutado e inició las investigaciones, a partir de las pistas representadas por los vehículos utilizado en el operativo criminal que le quitó la vida al conductor de noticieros electrónicos.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó la ejecución de Huerta y expresó su preocupación por la incontenible violencia mortal contra periodistas. También organizaciones de periodistas y de la sociedad civil mostraron irritación por el nuevo atentado mortal contra el gremio periodístico.

Hasta políticos, como el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, a quien la víctima había entrevistado hace pocos días, reprobaron la muerte. Fue igualmente enérgica la exigencia de justicia para el periodista asesinado y de condiciones de seguridad para el ejercicio de la libertad de expresión.

La casi totalidad de los periodistas ejecutados laboraban en entidades federativas de alta incidencia delictiva, inseguridad pública y fuerte presencia y actividades de células de la delincuencia organizada.     

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