
*Colonias de superlujo de Huixquilucan se asientan en suelo no pagado a sus dueños.
Campesinos e indígenas de Huixquilucan, la mayoría ancianos, anunciaron el inicio de una lucha para lograr el pago justo por sus tierras utilizadas en la construcción de colonias de sueperlujo, para familias de altos ingresos, sin el pago de indemnizaciones.
Aniceto Pérez Villar, jefe supremo del Consejo Otomí Autónomo, informó que desde mediados del siglo pasado las tierras de los campesinos fueron víctimas de invasiones por parte de fraccionadores clandestinos, los cuales contaron con protección de los gobiernos estatales y municipales.
Los invasores subdividieron los predios y los vendieron sin pagarles a los dueños y al mismo tiempo, en numerosas ocasiones tampoco entregaron los lotes, sino que volvieron a venderlos a inmobiliarias, para construir colonias de lujo.
En muchas ocasiones engañaron a los ejidatarios y les compraron sus parcelas a bajos precios, y aun así no les cubrieron todo el monto comprometido, en un claro despojo despiadado contra los lugareños.
Muchas de las víctimas ya fallecieron sin recibir el pago y otras tienen graves problemas de salud, ante la indiferencia de las autoridades que protegen a las grandes empresas inmobiliarias.
Por las primeras tierras vendidas a principio de la década de los cincuenta del siglo pasado los dueños no recibieron ni siquiera un peso por metro cuadrado: fueron centavos, “mientras ahora se cotizan en miles de dólares el metro cuadrado”, destacó el dirigente otomí.
En esos fraccionamientos viven políticos, banqueros, industriales, grandes comerciantes y las élites del periodismo, pero la injusticia del despojo persiste, porque las inmobiliarias nunca pagaron los terrenos sobre los que edificaron.
Pérez Villar dijo que el comportamiento ilícito de los grandes intereses inmobiliarios y las maniobras para hacerse de las tierras de los campesinos a precios irrisorios lleva más de 60 años, por ello ahora exigirán el pago de las tierras.
En la lucha participaron también quienes fueron engañados por los fraccionadores clandestinos, pues no les entregaron los lotes ni les devolvieron el dinero. Y tienen documentos de las operaciones de compra-venta.
Ahora exigirán que los actuales propietarios de las mansiones paguen las tierras que ocupan y son productos de despojo o fraude, detalló Aniceto Pérez Villar.