Ineficacia, Corrupción e Impunidad de Instituciones Perjudican a México

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*Nunca se habían combinado tanta ineficacia, corrupción e impunidad institucional en la historia reciente del país.

No sabemos cuándo, ni cómo o por qué la clase política mexicana, en su versión de gobernante, perdió eficacia para ejercer el gasto público y atender con el mismo las necesidades de los mexicanos, pero indiscutiblemente la ausencia de capacidad de las instituciones para cumplir con sus obligaciones de procurar el bienestar de los gobernados, comenzando por la protección a la vida y bienes de la población es evidente.

También es notorio el crecimiento de los niveles de corrupción y de impunidad para los corruptos. La combinación de estos factores explica las malas condiciones generales del país, que deja la impresión de no tener, “pies ni cabeza”, como lo dijo con todas sus letras el politólogo Julián Salazar Medina, pionero de las ciencias sociales en la Universidad Autónoma del Estado de México.

El fundador y primer director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales e investigador de la UAEM está muy lejos de ser un crítico implacable del sistema político mexicano; al contrario, es un militante del PRI, con amplia trayectoria en el servicio público federal, estatal y municipal, pero con valor para expresar sus opiniones.

Por esas circunstancias sus señalamientos tienen peso, y debe reconocerse la coincidencia de sus apreciaciones con las de más de dos terceras partes de los mexicanos, inconformes con el deficiente desempeño de la abrumadora mayoría de las autoridades federales, estatales y municipales.

La ineptitud, ineficacia y corrupción impune de los funcionarios de los tres órdenes de gobierno alcanzan niveles escandalosos; es decir, escandalizan e irritan a una sociedad acostumbrada a observar estos vicios desde siempre. La diferencia radica en que los niveles de hoy hacen aparecer como juego de niño lo que ocurría antes.

Lo de ahora tiene la agravante de que gobernantes y funcionarios públicos no muestran interés en resolver de verdad los problemas de la sociedad, como es su obligación, lo cual explica que la pobreza crezca y los niveles de bienestar se reduzcan para los segmentos poblacional que antes estaban y vivían mejor.

La inseguridad pública, la alta incidencia delictiva abarca todo el territorio nacional. No importa qué partido gobierne. Pocos, muy pocos, gobiernos estatales y municipales son eficientes, eficaces y honestos. Igualmente no abundan los gobernantes empeñados en resolver los problemas de sus gobernados, lo cual es más criticable porque han dispuesto de ríos de fondos públicos, como nunca.

Estas deficiencias, ineptitudes, incapacidades e indiferencia institucionales frente a los padecimientos de la población no pueden continuar, porque pondrían en riesgo la viabilidad del país. Deben reconocerse la situación, su verdadera gravedad y ubicación de las responsabilidades, porque hasta ahora para los mexicanos el único corrupto, incapaz es el presidente Enrique Peña Nieto, cuando en realidad las condiciones del país son malas porque vicios, limitaciones, omisiones, desinterés por servir de verdad son compartidos por gobernadores y alcaldes.

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