
De nada sirvió la sumisión del canciller Luis Videgaray al yerno de Trump: el presidente norteamericano ha incluido a México entre los países que, a partir de mañana, deberán pagar aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio que se exporte a los Estados Unidos.
El gobernante estadounidense incluyó así a nuestro país en la guerra comercial que abrió contra Canadá y la Unión Europea , la cual perjudicará a los consumidores de los países involucrados, quienes anunciaron ya medidas de represalia, que al final se traducirán en un alza de precios.
El presidente Enrique Peña Nieto se ha visto obligado a aplicar aranceles a las mercancías que nos vende Estados Unidos, como al acero plano, lámparas, manzanas, pierna y paleta de cerdo, embutidos, queso, arándano y uvas, por un monto igual a las afectaciones de las exportaciones de acero y aluminio mexicanos.
Los bienes que se produzcan con acero y aluminio en el vecino país se encarecerán en esta guerra comercial que puede frustrar el proceso de recuperación de la economía mundial y ocasionar inflación. Trump tomó esta medida cuando aún se renegocia el TLCAN.
Como ha sido costumbre desde que Trump asumió la presidencia, se prevé que el anuncio tenga de inmediato un impacto negativo en el tipo de cambio.