El poder fáctico económico nacional, por conducto de los medios informativos a su servicio, ha puesto en marcha una intensa, pero subliminal campaña para convencer a los electores de la supuesta inconveniencia de dejar el control del Congreso de la Unión en manos de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador.
Sus voceros advierten que una mayoría morenista en el congreso dejaría en libertad al tabasqueño para hacer cuánto y cómo quiera en el país, incluso convertirse en un dictador.
Al implementar esta estrategia, pareciera que la cúpula empresarial del país ya acepto como irremediable y se resignó a un eventual y seguro triunfo de López Obrador en su carrera por la presidencia, al margen de lo que los grandes empresarios del país puedan hacer para evitarlo.
Buscan que un congreso opositor al tabasqueño sea el contrapeso que proteja sus intereses y obstaculice o neutralice el trabajo del ejecutivo durante los próximos seis años.
