

(Foto:Notimex Gustavo Durán/GDH/WAR/)
Deberían preocuparles a López Obrador y su gente las provocaciones de la CNTE. Es claro que perjudican al político tabasqueño, porque sus adversarios -especialmente José Antonio Meade- lo culpan de las acciones de ese grupo de maestros.
Los reclamos de la CNTE, además, carecen de sentido al plantearlos a un gobierno que ya se va y en momentos en que la reforma educativa ni siquiera se puede tratarse en el Congreso de la Unión: Ya agotó sus períodos ordinarios.
Por eso muchos creen que no es inocente lo que hacen esos maestros, sino responde a una estrategia para dañar al líder y fundador de Morena, de quien presuntamente son aliados.
Utilizar la incivilidad en sus marchas a pocos días de la elección presidencial no es inocente, sino más bien un claro propósito de perjudicar al puntero en esa lucha, aunque se disfrace de radicalismo.