¿Calidad Educativa o Nivel de Escolaridad?

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Allá a principio de la década de los noventa se llevó a cabo la firma del famosos Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC.), el cual prometía catapultar al país y sacarle de la recurrente crisis económica. Los participantes en ese acuerdo fueron: Los Estados Unidos de Norteamérica, Canadá y por supuesto México; por aquellos tiempos también, publicaciones de renombre en la Unión Americana como el Washington Post y The New York Times publicaban los resultados de una evaluación realizada desde el punto de vista educativo a distintas naciones del continente. Los resultados fueron sorprendentes y arrojaron, que el pueblo Norteamericano contaba con un nivel de escolaridad de preparatoria
México contaba con un promedio de escolaridad de tercer grado de primaria, y la tendencia era hacia la baja. Cuba, quien no estaba involucrado en dicho tratado y siendo un país con serias limitaciones por el bloqueo sistemático de Estados Unidos, contaba entonces con un nivel promedio de escolaridad de tercer grado de secundaria.
El comentario surge, porque a raíz de la firma de dicho tratado, las autoridades educativas intensificaron los programas tendientes a la alfabetización de la población y por otra crearon mecanismos para elevar el nivel de escolaridad de la población Mexicana, (ojo, dije nivel de escolaridad, que no nivel educativo). Surgió así el famoso acuerdo 200 de la SEP, que contenía como principal consigna el asignar una calificación mínima de 5 al educando, aun cuando este no hiciera acto de presencia en el aula de clases. ¿Cómo, o en base a que?, se exige un mayor nivel educativo de la población, si al docente se le enjaretan el famosos acuerdo 200, los programas, subprogramas y demás vaguedades que a la autoridad educativa se le ocurren.
¿Cómo puede actuar el mentor? si la C.N.D.H., coarta, limita e inhibe su autoridad, convirtiéndolo en un autómata educativo. Desde entonces existe la urgente necesidad de atacar el problema de raíz. El país requería por ende una reforma educativa de gran calado que modificara y adecuara a la vez lo hasta entonces logrado. Fue entonces que se comenzó a cacarear como una de las reformas estructurales necesarias para el desarrollo del país. Permitir que el docente deje de ser un maestro taxista (por aquello de andar de escuela en escuela para cubrir su turno), arraigarle en su comunidad como en los tiempos de “La Escuela Rural Mexicana” implementada por el maestro Rafael Ramírez, en la que además de valores, se enseñaban oficios, pero también el sueldo devengado era suficiente, sin la necesidad de conseguir otro empleo como ahora.
Es triste y lamentable, que nuestros mentores, quienes sostienen y reproducen las estructuras sociales, (a veces o casi siempre a favor de la clase en el poder) tengan la necesidad de buscar otro empleo para completar el gasto familiar, convirtiéndose entonces en maestros chambistas, preocupados mas por la situación económica, que por el nivel educativo.
Debemos ser muy honestos y de esta situación los docentes son los menos culpables, pero si son los paganos. La famosa reforma educativa del sexenio Peñista nació muerta, pues desde su concepción fue elaborada por gente ajena totalmente al rubro educativo; un plan de reestructuración sin pies ni cabeza, conformando así un modelo educativo totalmente disfuncional para la idiosincrasia del pueblo Mexicano. La reforma solo sirvió como medio de venganza personal en contra de Elba Esther Gordillo y para crispar al magisterio disidente, pero también sirvió para promover la Imagen de Aurelio Nuño en su intento fallido por ser el ungido candidato a la presidencia de la república por parte del PRI.
Debemos preguntarle a nuestros legisladores y representantes populares, si entre sus propuestas de campaña figuran ahora sí, la mejora a las instituciones en el aspecto material, (hay algunas que carecen de lo elemental y hasta de edificio), si no me equivoco una de las propuestas del Ejecutivo desde los tiempos de Fox, cuando era candidato a la presidencia de la Republica, fue la de dotar de computadoras y de Internet a todas las escuelas, pero los miles de millones de pesos desaparecidos por Reyes Tamez (su secretario de educación) con la aplicación del fallido programa Enciclomedia.
Hoy los candidatos al Congreso de la Unión, retoman como punta de lanza de sus respectivas campañas el asunto de la educación. Ojala, no olviden que los docentes reciben un sueldo raquítico, y gran parte de dicho sueldo lo invierten en transporte, agravando con ello la cuestión que hoy comento. No se deben acordar del docente solo en tiempos electorales, por la influencia que este tiene en la sociedad; se deben acordar siempre, pues todas las personas profesionistas o no, fuimos formados por un docente que sacrifico gran parte de su vida a cambio de satisfacciones “espirituales” que no dan de comer, ni visten.

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