
1-Nadie duda que López Obrador ganará mañana. Lo que está por verse será cómo su arraigo popular influye en favor de los candidatos de Morena a gobernadores, senadores, diputados federales, alcaldes y diputados locales. También está por verse hasta dónde llega la compra del voto, denunciado por organizaciones no gubernamentales; es decir, está la pregunta de si al PRI le alcanzaría un fraude para quedar en segundo lugar. Le interesa mucho, por lo que pudiera venir en la etapa de calificación de la elección presidencial.
2-A más tardar el 6 de septiembre el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deberá calificar la elección presidencial. No tendrá muchas opciones: declara la validez de la elección y le reconoce el triunfo del vencedor o anula el proceso, lo cual nunca ha ocurrido en una elección presidencial.
3-Por cierto, las nuevas generaciones ignoran que antes la calificación de la elección presidencial la hacía la nueva Legislatura Federal -que solía dominar el PRI- y, además, el sistema electoral lo encabezaba la Comisión Federal Electoral, cuyo presidente por ley era el Secretario de Gobernación.