
1-La mezcla del hartazgo de la población por la inseguridad pública, pobreza, corrupción, impunidad, malos candidatos del PRI y un fuerte liderazgo social explican el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador, y el desplome del tricolor, que otra vez volvió a quedar en tercer lugar en la lucha por la presidencia de la República: su candidato externo, José Antonio Meade Kuribreña, no pudo alcanzar como techo el piso que tenía como precandidato el entonces secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong.
2-No sorprendió la victoria de López Obrador, ni su contundencia, pero sí el impacto que su arraigo popular tuvo en el resto de las elecciones federales y locales. Ganar 5 gubernaturas: Ciudad de México, Veracruz, Chiapas, Tabasco y Morelos, con posibilidades de obtener mayoría absoluta en el Senado y la Cámara de Diputados Federales. Eso no se esperaba en la magnitud dada.
3-El Estado de México fue el que más recibió el “efecto López obrador”, lo cual se tradujo en una victoria de los candidatos de la alianza encabezada por Morena en aproximadamente 40 distritos electorales y en los municipios más poblados y de mayor presupuesto: Toluca, Ecatepec, Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli, Tecámac, Coacalco, Metepec, Tlalnepantla, Valle de Chalco, Chalco, Texcoco, Nicolás Romero, La Paz, y Atlacomulco (considerado cuna del grupo del mismo nombre, como se le llama a la clase política estatal, aunque la mayoría de sus miembros nunca han vivido en esa ciudad de norte y donde nunca había perdido el PRI ahí).
4-El PRI perdió todos los municipios importantes del Estado, salvo Chimalhuacán e Ixtapaluca, porque no sólo perdió frente a Morena, sino también frete al PAN en Naucalpan y Huixquilucan.