Arrasó AMLO; Debacle del PRI: Perdió Gubernaturas, Escaños y Curules

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El triunfo de Andrés Manuel López Obrador resultó contundente e histórico.
*Meade, en tercer lugar. *El PRI retrocedió aquí: habría perdido Toluca y muchos municipios importantes y casi todos los distritos.

 

En su tercer intento, con un partido sin cumplir 4 años de fundado y una participación del 63 por ciento, Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de la República. De pasó remolcó al triunfo a candidatos de su coalición a gubernaturas, senadurías, diputaciones federales y locales y alcaldías. Además, su triunfo generó un ánimo festivo en el país.

El conteo rápido del INE le otorgó al fundador de Morena entre el 53.0 y el 53.3% de la votación, por entre el 22.1 y 22.8 de Ricardo Anaya y entre el 15.7 y el 16.0 de José Antonio Meade, para obtener mayoría absoluta, como no se había obtenido desde hacía muchos años. Los votos de López obrador se acercaron a los 30 millones, y sumados los de sus anteriores participaciones en elección presidencial supera los 60 millones de sufragios.

Las tendencias favorecían a Morena y sus aliados en las elecciones de gobernadores de Tabasco, Chiapas, Morelos, Ciudad de México y peleaba con la alianza del PAN Puebla y Veracruz, donde no había claridad sobre el triunfador. El PAN conservó Guanajuato y el MC conquistó Jalisco, y estaba sin definirse Yucatán. El PRI se desplomó.

En el Estado de México, Morena, que en el 2015 sólo ganó en Texcoco, los primeros resultados del PREP, que podían revertirse, le daban ventaja en Toluca, Ecatepec, Naucalpan, Tultitlán, Atizapán de Zaragoza, Cuautitlán Izcalli, Metepec, Tecámac,  Ixtapaluca, Atlacomulco y Tianguistenco. El PRD y aliados habrían triunfado en Nezahualcóyotl, Huixquilucan y Tlalnepantla. El PRI conservó o recuperó municipios medianos y pequeños, aunque también mantuvo Chimalhuacán.

La alianza encabezada por Morena podría alcanzar mayoría absoluta en el Congreso de la Unión o quedar muy cerca. La izquierda llegará a Palacio Nacional.

El presidente Enrique Peña reconoció el triunfo de López Obrador, y lo mismo hicieron sus dos principales adversarios José Antonio Meade y Ricardo Anaya. Nunca antes los perdedores habían reconocido su condición en tan corto tiempo.  Sobre todo, porque ambos lo habían atacado con rudeza.

En su primer mensaje como presunto triunfador llamó a la conciliación y reconoció el gesto de sus adversarios al reconocer su victoria. Aclaró que hará un gobierno democrático, con cambios profundos, pero dentro de la ley; que revisará contratos de la industria petrolera, con respeto a la economía de mercado, sin confiscaciones, ni expropiaciones y reiteró su objetivo de erradicar la corrupción.

El efecto “López obrador” en el país y en suelo mexiquense permitió el triunfo de los candidatos de su coalición. Los partidos pequeños que lo apoyaron obtuvieron espacios de poder que ni soñaban lograr. La victoria del tabasqueño, además, cortó una mala racha de derrotas de las fuerzas progresistas latinoamericanas, después del avance de la derecha en Chile, Brasil, Argentina y Colombia, con cuyos gobiernos neoliberales y sumisos a Estados Unidos coexistirá. Donald Trump felicitó al tabasqueño.

Ayer, de acuerdo con los resultados preliminares del INE y por primera vez en la historia la izquierda estará en Palacio Nacional. El resultado estaba previsto de cuando menos hace dos años, pero no se esperaba que fuera tan contundente.

López Obrador convenció a cerca del 50 por ciento de los votantes con  su campaña basada en la oferta de como un gobierno honesto, austero, eficaz, cercano a la gente.

Las senadurías por el Estado de México habrían quedado en manos de la coalición “Juntos haremos historia”, pero los resultados son preliminares y podrían modificarse cuando termine el PREP y se efectúen los cómputos a partir de pasado mañana.

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