Los resultados de las urnas del primero de este mes colocaron en un difícil posición al gobernador mexiquense Alfredo del Mazo Maza. Y no sólo porque tendrá mayoría calificada de MORENA en la Legislatura, sino porque tendrá muchos problemas para construir un liderazgo estatal fuerte, que no ha podido lograr, porque no castigó la corrupción de su antecesor.
Mucho contribuyó al desastre electoral del PRI aquí el rechazo a Eruviel Ávila Villegas. Y contó igualmente la insatisfacción con los resultados ofrecidos por el presidente Enrique Peña Nieto.
De todos modos el problema de la conversión del PRI de mayoritario a minoritario en el Estado será un serio problema para el gobernante, quien no se nota. Parece ausente, y débil. Ahora para fortalecerse deberá ofrecer resultados a los mexiquenses y hacerles rendir cuentas a quienes se enriquecieron desde el poder público en la anterior administración.
Los oportunistas que se benefician económicamente alentando sueños de los políticos aconsejan ya eficacia al mandatario estatal, para estar en condiciones de aspirar a la candidatura presidencial. Del Mazo Maza debe hacer un gobierno eficaz y honesto, porque es su obligación, no por ambiciones políticas.
