*Si no toma medidas, los vivales de la política convertirán en su botín al próximo gobierno.
Por lo general y más en materia de candidaturas a cargos de elección popular, los partidos políticos del mundo no son precisamente democráticos. Por razones estratégicas postulan a sus cuadros con mayores posibilidades de triunfo y condiciones para gobernar o legislar, aun cuando no sean los de mayor respaldo interno y externo.
En el interior de las organizaciones políticas, además, se forman corrientes de opinión, lo cual no es negativo en sí, porque mala sería la imposición del pensamiento único y una vida sin debates ni discusiones sobres los temas locales, nacionales e internacionales, como es propio de los partidos de Estado y de regímenes autoritarios.
No obstante, con frecuencia esas corrientes de opinión se constituyen para conquistar, defender y conservar intereses facciosos dentro de los propios partidos; es decir, se convierten en grupos de interés, desnaturalizando su papel, de lo cual en nuestro país el Partido de la Revolución Democrática (PRD) es la mejor expresión.
Los vivales de la política se organizan en sus partidos para obtener beneficios ilegítimos o, cuando menos, antiéticos; sobre todo, para acaparar candidaturas, cargos directivos y de designación cuando ganan municipios, estados o delegaciones en la Ciudad de México. Convierten sus espacios de poder en botín para sus familiares, amigos y compadres, como lo advirtió el arquitecto Arturo Chavarría Sánchez, cuarto regidor electo de Toluca y militante de MORENA, en una entrevista con “El Espectador”.
Le faltó reflexionar sobre otra fuente de conflictos internos en los partidos de oposición: la interlocución con el poder público, práctica tan rentable como deshonesta y corrupta, generadora de enfrentamientos entre los grupos de los partidos colaboracionistas y falsamente opositores, como lo enseña la historia de las últimas décadas.
Chavarría Sánchez alertó a su partido sobre el riesgo de ser víctima de la formación de grupos, corrientes o “tribus”, como las que ocasionaron la “muerte” o al menos relegaron al PRD a la irrelevancia, por privilegiar la lucha de unos contra otros por candidaturas, cargos directivos, puestos administrativos y el reparto del dinero de las prerrogativas.
El edil electo conoce y sabe bien de qué habla, porque formó parte del PRD y siempre fue marginado de las candidaturas y cargos directivos, pues no pertenecía a ninguno de los grupos que manejan al partido del sol azteca como si fuera de propiedad familiar. Por ello advierte a las dirigencias estatales y nacionales de MORENA de ese riesgo; sobre todo, porque hay muchos militantes de este partido que provienen del perredismo y están acostumbrados a actuar como grupos de interés, no como simples cuadros partidistas.
También desde afuera hay intentos de infiltrar al partido triunfador el primer domingo de julio. Su dirigente nacional, Yeidckol Polevnsky, reveló que miles y miles de personas de los estados han solicitado afiliación masiva, con casos extremos en los cuales incluso llevan ya propuestas para que sus miembros integraran los comités estatales, lo cual obligó a suspender las afiliaciones. Oportunistas y vivales, un riesgo adicional para que el será partido gobernante del país a partir del primero de diciembre próximo.