La Postrevolución y la Lucha Agrarista: Lo que se Quedó en el Tintero

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(Segunda y última parte)

En esa ceremonia vi a un hombre tocar el arpa con gran arte, y con esa música empezaron a bailar. Pero ¿Quién era ese orfebre del arpa? Nada menos que don Melquiades Becerril, que años después sería el hombre más rico de Santa Cruz Tepexpan, gracias a una fortuna labrada en aquello de hacer quesos, mantequilla y demás derivados de la leche.

Recordaba mi padre que cuando contaba con unos dieciocho o diecinueve años, Don Melquiades ya era el principal beneficiario del producto de las vacas de la Hacienda de Boximo. Sin embargo, pese a que la fortuna le había favorecido después de vivir en la pobreza, no cambió su estatus personal, siguió siendo humilde y hombre cabal.

Mi padre se hizo amigo de él, cuando llegó a la escuelita de Santa Cruz Tepexpan, y era claro, la fortuna la había conservado a costa de una alimentación precaria y conservando su vestimenta de siempre, casi nunca estrenaba. Recordaba mi padre que cuando lo acompañaba a México, don Melquiades entregaba sus productos lácteos en colonias de alto nivel económico; sin embargo, veía con sus propios ojos que su alimentación era un bolillo con un plátano, y para tomar se inclinaba a beber en las llaves que encontraba en las calles.

Don Melquiades nunca bebió alcohol, Era un hombre trabajador, responsable y sin vicios ni elegancias. Muchas gentes -decía mi padre- nacen en la pobreza, adquieren fortuna, pero la vida muchas vueltas y la riqueza se acaba.

Lo que queda son los buenos actos realizados, en el caso de don Melquiades fue protagonista en la causa agrarista, luchando para que las tierras de la hacienda de Boximo se repartieran entre los ejidatarios de Santa Cruz Tepexpan. Su figura se observa en la fotografía de aquella caravana histórica que realizaron los indígenas ejidatarios de Santa Cruz, en una marcha realizada en la ciudad de Toluca en la década de 1930, exigiendo al gobierno el reparto de tierras de la hacienda de Boximo, que los hacendados se negaban a realizar.

Don Melquiades ahí aparece con un sombrero de ala ancha, y una chamarra, su chamarra de siempre, que le duró muchísimos, muchísimos años.

Don Melquiades como otros se unió a la causa agrarista siguiendo los pasos del Profesor Alfredo Gómez León, líder agrarista y promotor del reparto de tierras en Santa Cruz Tepexpan. Ambos son protagonistas de la historia reciente de Jiquipilco, México, justo es ahora recordarlos.

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