Inundaciones en el San Mateo y en el Oriente del Estado, la Anarquía en la Urbanización

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*Millones y millones de pesos destinado a sanear la Cuenca del Lerma, desperdiciados.

La última noche de agosto San Mateo Atenco padeció su mayor inundación en muchas décadas. Se estima en mil las familias afectadas por las aguas contaminadas del Río Lerma, desbordadas por la ruptura de uno de sus muros.

La inundación de San Mateo Atenco por aguas negras reveló problemas graves adicionales.

Por un tramo de 15 metros, gigantescos volúmenes de una mezcla de aguas negras y pluviales se salieron y llegaron a las zonas pobladas de seis barrios, para afectar a las familias. Las autoridades estatales, federales -incluyendo elementos del Ejército- y municipales llegaron a tener más de 500 servidores públicos en la zona para atender el problema en sus diversos aspectos.

Problemas de inundaciones sufrieron también colonias de los municipios altamente poblados del oriente del territorio estatal. En todos los casos hubo esfuerzos gubernamentales para resolver la situación particular de cada caso.

No obstante, las acciones atacaron los efectos, no la causa de las inundaciones, cuya solución definitiva sería costosa y compleja, con el involucramiento de temas económicos, sociales, ambientales y políticos, porque las inundaciones ocasionan  cuantiosos daños por el desorden en la expansión de la mancha urbana.

Autoridades permitieron que fraccionadores legales y clandestinos comercializaran suelo, inclusive construyeron y vendieron viviendas en zonas bajas, de zonas lacustres, por lo que no debe sorprender que cuando se presentan fuertes aguaceros se repitan los problemas en las mismas regiones.

La falta de planeación urbana y el privilegio a las ganancias de los fraccionadores dio como resultado la sustracción de miles de hectáreas de su uso agrícola y de recargas acuíferas a urbano. Se pavimentaron grandes extensiones de terrenos, lo cual impide que el agua pluvial se infiltre al subsuelo. Y esta situación sigue.

El agua rueda y en poco tiempo se acumula en grandes volúmenes para rebasar la capacidad de desalojo de los drenajes y ocasionar inundaciones en zonas no necesariamente cercanas a ríos o canales de desagüe.

El descuido o complicidad de las autoridades con los fraccionadores e inmobiliarias irresponsables y rapaces, generó las condiciones para la repetición cíclica de las inundaciones.

Lo más grave es que esta situación no puede solucionarse sin grandes costos, porque para ello deben reubicarse las miles de familias asentadas en zonas inundables. Mientras eso no ocurra, las acciones de las autoridades serán para combatir los efectos, no las causas.

La inundación en San Mateo Atenco reveló igualmente los altos niveles de contaminación del Río Lerma, a cuyo saneamiento se le han destinado miles de millones de pesos desde hace 35 años, sin resultados positivos.

  

    

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