MORENA, OBLIGADO A LEGISLAR A MARCHA FORZADA,
PORQUE NO HAY SEGURIDAD DE REPETIR SU MAYORÍA
Antes de iniciarse las campañas para las elecciones legislativas locales un optimista directivo estatal de MORENA consideraba seguro el triunfo de la coalición “Juntos Haremos Historia” en 30 distritos, para de esta forma y con los diputados de representación proporcional alcanzar la mayoría absoluta; es decir, 38 curules.
Los resultados fueron mejores para la causa morenista. Su coalición con el PT y el PES ganó 42 de los 45 distritos, y como partido MORENA obtuvo diez diputaciones de representación proporcional, para conseguir no sólo la mayoría absoluta anhelada, sino también la calificada, suficiente para modificar la constitución.
No obstante, se equivocarían los cuadros morenistas si creyeran que el éxito fue producto de su trabajo organizativo, de su capacidad movilizadora de votantes y de candidatos extraordinarios, porque no fue así: los electores favorecieron a los abanderados y abanderadas de MORENA por la confianza ganada por el ahora presidente de la República electo, Andrés Manuel López Obrador.
De todos modos, lo cierto es que en estos momentos ese partido y sus aliados dominan la Legislatura Local y tienen las condiciones para mejorar el marco jurídico general de la entidad mexiquense, con la derogación o modificación de leyes socialmente negativas, y la expedición de nuevas para contribuir a la lucha contra la corrupción, la ineptitud, la impunidad, la pobreza, la inseguridad pública y violencia criminal.
MORENA y sus aliados en la representación popular mexiquense no pueden perder el tiempo. Necesitan aprovecharlo al máximo para corregir todo lo corregible de la legislación mexiquense, que es basta. Ya anticipó algunos temas relevantes de su agenda legislativa para el corto plazo, pero necesita trabajar para avanzar lo más que se pueda en los tres años de ejercicio constitucional de la flamante 60 Legislatura.
Por la circunstancia antes descrita, nadie puede garantizarle que dentro de tres años volverá a ganar la mayoría calificada, y más bien hay elementos para suponer que no lo conseguirá, por la sencilla razón de que su principal activo y atractivo política, social y electoral: Andrés Manuel López Obrador, no será candidato.
En todo caso, la conservación o pérdida de respaldo popular en las urnas dependerán de los resultados de su bancada de mayoría calificada en la 60 Legislatura Local y de los alcaldes de la coalición encabezada por MORENA, los cuales gobernarán a unos 13 millones de mexiquenses a partir del primero de enero próximo.
En lo que hace a la diputación de ese partido y sus aliados, no sólo debe mejorar y poner a la vanguardia en el país al marco jurídico estatal, sino también mostrar eficacia y contundencia en el combate a la corrupción, comenzando por la de la pasada administración estatal. Uno de los reclamos más enérgicos de los votantes en la campaña electoral por la presidencia de la República fue precisamente, la erradicación de este cáncer y el castigo a los corruptos. No cumplir les resultará costoso política y electoralmente.