Inútil Centro de Monitoreo Estatal de Penales; También los Brazaletes a Exreos

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*Este año se han detenido en flagrancia a tres liberados que usaban brazaletes.

En 2015 con un gran despliegue propagandístico en los medios informativos el entonces gobernador Eruviel Ávila Villegas y el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Sergio Medina Peñaloza, anunciaron la puesta en marcha de un programa de libertad condicionada de reos sentenciados, los cuales serían controlados mediante un brazalete electrónico.

En esa ceremonia también se puso en marcha un Centro de Control, Inteligencia y Supervisión de los penales mexiquenses, instalado con una inversión de cerca de seis millones de pesos, el cual para nada ha servido.

Ambas medidas fracasaron, porque este año tres de los beneficiados con el programa de brazaletes electrónicos fueron capturados en flagrancia; es decir, al momento de su aprehensión cometían delitos, a pesar de portar el dispositivo en cuestión.

La secretaria de Seguridad Pública del Estado, Maribel Cervantes Gutiérrez, informó que los brazaletes portados por los excarcelados sólo garantizan que no salgan del Estado, pero en el territorio mexiquense los presos en libertad condicional pueden moverse libremente.

De esta forma pueden volver a delinquir, como fueron los tres casos de los detenidos en flagrancia. Estas capturas fueron posibles porque los agraviados denunciaron a los delincuentes, no como resultado del sistema de monitoreo, lo cual indica que muchos más de los sentenciados que fueron liberados en el programa de brazaletes pudieran andar delinquiendo de nuevo, a pesar de traer ese dispositivo electrónico.

NADA DETECTA EL CCISP

En todos los operativos policiacos de inspección a los penales mexiquenses se encuentran drogas, objetos punzocortantes, pantallas de televisión, minicomponentes, teléfonos celulares y otros objetos cuya entrada a las cárceles está prohibida.

El Centro de Control, Inteligencia y Supervisión Penitenciaria para nada ha servido. No detecta la entrada de drogas ni su venta, mucho menos tiene utilidad para evitar la explotación de unos presos por otros. Las extorsiones se extienden a sus familiares, como está ampliamente documentado.

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