Los desastres por inundaciones siempre se han registrado, pero el problema es que ahora son más frecuentes, ocasionan más pérdidas de vida y los daños materiales son mucho mayores que antes.

Aunque Donald Trump no quiere aceptarlo, esto es resultado del cambio climático, cuya existencia no reconoce, por lo cual inclusive abandonó los acuerdos internacionales que comprometen a los países a ejecutar programas para frenar y revertir dicho cambio climático.
Por otra parte, culpar al cambio climático por las inundaciones en las ciudades mexiquenses es lavarle las manos a las autoridades omisas e ineptas que han permitido la urbanización descontrolada en sitios no apropiados para asentamientos humanos, muchas veces motivadas por la corrupción y en contubernio con desarrolladores inescrupulosos o incluso verdaderamente criminales.