
*Supera la incidencia delictiva estatal 20% el promedio nacional: INEGI.
Resulta preocupante la información estadística difundida por el INEGI sobre la incidencia delictiva del Estado de México durante 2017, del cual ocho meses y medio correspondieron al sexenio de Eruviel Ávila Villegas y el resto, al de Alfredo del Mazo. La situación se agrava por las elevadas cifras negras del universo delictivo. Y sólo incluye a mexiquenses de 18 años de edad y más.
El Estado de México registró en 2017 una tasa de 46 mil 705 víctimas de ilícitos por cada cien mil habitantes. El dato es grave, pues supera la media nacional (39 mil 369) y por tratarse de la entidad con el mayor número de habitantes de 18 años y más (12 millones, según CONAPO).
La incidencia delictiva por cien mil habitantes supera en 20 por ciento a la media nacional, y significan 7 mil 340 casos más que el promedio del país, lo cual es excesivo, por la crecida población mexiquense. Eso coloca al Estado de México, y por mucho, en el primer lugar entre todos los estados de la República, por los números absolutos y el porcentaje, superior al de los estados considerados de mayor violencia y altamente peligrosos.
De acuerdo a un análisis de “El Espectador” a las estadísticas del INEGI sobre la incidencia delictiva por cada cien mil habitantes de 18 años y más, y al número de mexiquenses inscritos en el padrón electoral, el año pasado se cometieron en el Estado 5 millones 460 mil agravios penales. Esto sin contar los delitos contra niños y adolescentes.
La gravedad del fenómeno de inseguridad pública y agravios a la población se agudiza por las cifras negras, mayores aquí que en el resto del país, pues de esos 5 millones 460 mil ilícitos sólo se abrieron 266 mil 463 carpetas de investigación, de las cuales sólo el tres por ciento de los culpables fueron castigados.
La gravedad de la situación es mayor en el robo de vehículos, delito en el cual tan solo el municipio de Ecatepec registra un número mayor al total de varias entidades de la República, según el mismo organismo. Este fenómeno delictivo explica el hecho de que la población del Estado de México sea quien vive con mayor miedo en México, por encima de la de entidades federativas consideradas peligrosas por los delitos de alto impacto.