Y sin embargo se mueve… E.LORO

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Es interesante cómo las ideas pueden cambiar la forma de ver el mundo o, mejor dicho, cómo la forma de ver el mundo está condicionada por la idea que de éste se tenga. De acuerdo con la historia, después de ser juzgado por herejía y tras admitir que sus ideas no estaban fundadas en la realidad, Galileo Galilei aceptó que la tierra no se movía alrededor del sol, sino que aquel era un astro más orbitando la tierra.

Idea absurda esa de que la tierra era plana y el sol giraba a su alrededor. Ahora todos ‘sabemos’ que la tierra es redonda (o esférica o geoforme o como sea), y que gira alrededor del sol en una órbita elíptica, o algo así es lo que enseñan o enseñaban en las escuelas. La diferencia entre el perfecto y eterno cielo medieval y nuestras ideas actuales del firmamento se fundamentan en el movimiento como constante del universo: las estrellas giran y se desplazan alejándose unas de otras, las galaxias se expanden y a su vez se desplazan por el universo, y el universo mismo se mueve y expande, todo ello a velocidades incomprensibles para los humanos, esa es la verdad actual.

Hace poco encontré en internet una simulación hecha por computadora del desplazamiento del sistema solar por el espacio; es decir, de cómo el sol se mueve por el universo y arrastra consigo a todo el sistema planetario, cometas y asteroides incluidos. Es interesante pensar en ese colosal movimiento de materia por el espacio, pues se trata de miles y miles de kilómetros terrestres en, relativamente, poco tiempo.

Si a ese movimiento se suma el de todos los demás astros (estrellas, planetas, satélites, cometas, agujeros negros, etc) estamos hablando de un caos total (aunque en realidad solo aparente). Resulta así difícil pensar ya en un universo algo estático siquiera.

Nada tiene un lugar fijo en este universo, esa sería una verdad culminante. Entonces uno se pregunta cómo el hombre primitivo no ha sido capaz de darse cuenta de ello, como la idea del manto estelar fijo cual lienzo hubo perdurado tanto tiempo. Y resulta que, todas las noches, aunque el movimiento de las estrellas es evidente a lo largo del año, simplemente ese movimiento no se nota.

Siguiendo la lógica de que todo se mueve a una velocidad inimaginable y que los astros como el sol recorren cada tanto su tamaño en el espacio, pues cada noche veríamos un cielo distinto, estrellas aparecerían y desaparecerían con cada anochecer terrestre, pero eso no ocurre así. En miles de años los humanos prácticamente no hemos notado cambios en el firmamento. Pero eso es imposible a la luz de la verdad científica y de los conocimientos adquiridos, perfeccionados y desmenuzados desde la época de Galileo.

He vivido viendo de vez en cuando el cielo nocturno y conozco algunas de sus constelaciones, en lo que a mí respecta seguirán allí cuando me muera y allí han estado desde siempre. No tengo la capacidad mental para entender el universo moderno, y casi ni siquiera el de Galileo, en cuanto a mí respecta, solo puedo decir “Y sin embargo, no se mueve”.

 

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