1-Es difícil creer que la aprobación del megaproyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México haya tenido la intención adicional de ponerle una trampa al ahora presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. En primer lugar, porque cuando se tomó esa decisión nadie pensaba en su triunfo, pues el presidente Enrique Peña Nieto parecía estar trabajando bien y el PRI era fuerte.
Ahora esa megaobra está convertida en un verdadero dolor de cabeza del próximo mandatario y sus colaboradores, porque la decisión que tome implicará grandes riesgos políticos, económicos y de imagen.
2-Si la consulta popular recomienda continuar la construcción, no pocos pensarán que López Obrador fue doblegado antes de tiempo por los medios informativos de los Vázquez Raña Aldir, una de las familias más beneficiadas con contratos por decenas de miles de millones de pesos para construir esas instalaciones.
Por el contrario, si se cancela, los grandes y poderosos intereses económicos que obtuvieron contratos con sospechas de irregularidades, dueños de los grandes medios informativos, arreciarán su campaña de desgaste y buscarán recuperar mediante otras concesiones las ganancias, incluyendo las ilegítimas, que iban a obtener.
