El cuarto cambio de dirigente estatal del PRI en tres años mostró el inmenso poder del grupo de Luís Videgaray Caso, y la carencia de liderazgo del gobernador Alfredo del Mazo, quien ya antes fue incapaz de influir para que uno de los suyos quedara como coordinador de los diputados locales de su partido y ahora aceptó la imposición al frente del CDE de Alejandra del Moral, protegida del canciller y ex secretario de Hacienda.
Del Moral, quien lleva como secretario general a Ignacio Beltrán, ha perdido las últimas seis elecciones en su municipio, Cuautitlán Izcalli. En su anterior paso como dirigente estatal del tricolor, vio derrotados a los candidatos de su partido en seis elecciones distintas: Alfredo del Mazo como candidato a gobernador perdió en esa demarcación, y también lo hicieron los candidatos a alcalde, diputado local, presidente de la república, diputado federal y senadores.
Precisamente ella fue candidata al Senado, en fórmula con el ex gobernador César Camacho Quiroz, y los electores mexiquenses la relegaron hasta el tercer lugar. Ahora tendrá la responsabilidad de trabajar para reposicionar al PRI en el Estado de México, último bastión priísta y entidad clave para un resurgimiento tricolor dentro de tres años o la consolidación de Morena como principal fuerza política mexiquense.
