1-En la etapa electoral la casi totalidad de los medios informativos mexicanos de cobertura nacional no tuvieron credibilidad, ni influencia para impedir el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, como evidentemente lo deseaban, pero el próximo grupo gobernante no debe pensar que la campaña que mantienen para desgastar al presidente electo fracasará.
Las calumnias sostenidas durante 13 años contra el tabasqueño fueron detectadas por los mexicanos. No las creyeron y más bien percibieron que el personaje era todo lo contrario de lo de él decían, pero ahora comete errores no trascedentes, pero que dan base a sus detractores, especialmente a los grandes intereses económicos y a quienes están a su servicio en los medios informativos y pueden lograr desmoralizar a sus seguidores.
2-En Brasil los grandes medios informativos como “O´Globo”, que como en México, forman parte de los corporativos que controlan la economía y son instrumento de intimidación, chantaje y sometimiento de las instituciones, generaron las condiciones para el golpe legislativo contra Dilma Rousseff y el encarcelamiento con cargos falsos de “Lula”.
En el actual proceso para elegir presidente de la República en relevo del mediocre Temer, convencieron a la mayoría de que el malo es el Partido del Trabajo, cuyos gobiernos sacaron decenas de millones de la pobreza y colocaron al gigante sudamericano entre los países referentes del mundo, y que el bueno es Jair Bolsonaro, un ultraderechista, partidario de la dictadura, de la pena de muerte, misógino, homofóbico, neoliberal, entreguista y quien como diputado por muchos años jamás presentó una iniciativa relevante. Aunque parezca mentira, cambiaron las coas al grado de que es altamente probable que Bolsonaro gane con amplia ventaja el próximo domingo, en ese ascenso de la ultraderecha en Latinoamérica.
