Los más de 5 años enfrentando un proceso penal, que le costó el cargo de presidenta “vitalicia” del SNTE no arredraron a Elba Esther Gordillo, quien retomó su lucha para recuperar la dirigencia de ese sindicato, el más numeroso de América Latina, donde fue colocada por Carlos Salinas de Gortari cuando éste era presidente de la República.
En un acto con seguidores se reclamó la verdadera lideresa y anunció que combatirá para ocupar de nuevo el cargo dejado tras su encarcelamiento. Al mismo tiempo, seguidores y leales suyos acusaron penalmente a la cabeza del Sindicato, Juan Díaz de la Torre -a quien los elbistas consideran un traidor- por haber malversado sumas estratosféricas del SNTE.
Gordillo fue poderosa en los gobiernos de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón. Tenía influencia en todos los partidos, comenzando por el suyo, el PRI, donde llegó a ser influyente secretaria general en tiempos de Roberto Madrazo, después su enemigo.
