
Decenas de miles de personas se vieron afectadas por el cierre de 20 horas de la autopista México-Pachuca, por parte de pobladores de San Juan Ixhuatepec, también conocido como “Sanjuanico” quienes exigían la presencia del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, para que se comprometiera a castigar a policías que presuntamente cometieron abuso de autoridad, golpearon vecinos, allanaron viviendas y cometieron robos en ellas.
Durante muchas horas autoridades capitalinas intentaron negociar la liberación de la importante vía de comunicación, sin resultados positivos, hasta que se decidió en coordinación con la Policía Federal, policía de la Ciudad de México y del Estado de México retirar el bloqueo.
El problema se originó cuando elementos policiacos de la Ciudad de México persiguieron a quienes presuntamente asaltaron una gasolinera y a un automovilista. Los supuestos maleantes ingresaron a San Juan Ixhuatepec, perteneciente a Tlalnepantla. Los policías traspasaron los límites territoriales, pero Raymundo Collins, máximo jefe policiaco, destacó que la constitución lo permite cuando se trata de persecución en flagrancia.
Taxistas intentaron liberar a los presuntos asaltantes y se enfrentaron con los policías, con saldo de lesionados.
Cuando los policías llegaron para liberar la autopista fueron agredidos a pedradas por individuos del lugar, quienes antes quemaron al menos 5 patrullas y una motocicleta policiaca, además de darse al saqueo de una tienda. Las autoridades capitalinas anunciaron que investigarán la actuación de sus policías, pero recalcaron que el ingreso a territorio estatal fue legal.
Mientras tanto, las decenas de miles de personas perjudicadas por el cierre de la carretera tuvieron que aguantarse su coraje e impotencia. El operativo de la Policía Federal no arrojó lesionados y al final quienes tenían tomada la carretera en ambos sentidos huyeron por gases lacrimógenos que les lanzó la corporación.