Condenable el comportamiento de un segmento clasemedieros de Tijuana frente a los centroamericanos que están en esa ciudad en su intento de cruzar la frontera con Estados Unidos. Ya sería criticable que no fueran solidarios, pero es peor que los hostiguen y los quieran correr inclusive del país, como si el territorio les perteneciera a esos intolerantes.
A la casi totalidad de los mexicanos (menos a Luís Videgaray), nos irrita el maltrato de nuestros connacionales en Estados Unidos, por lo que no podemos hacer lo mismo con los pobres migrantes que sólo huyen de la inseguridad pública, la pobreza y el abandono de sus gobiernos.
Además, Tijuana es una ciudad de migrantes. De todo el país y el mundo llegaron para vivir ahí. No es descabellado pensar que inclusive muchos de los racistas que agredieron verbalmente a los centroamericanos no hayan nacido en esa ciudad fronteriza o sean hijos de migrantes. En todo caso, son colonizados mentales de Estados Unidos, y no representan el sentir de todos los mexicanos.