1-Los partidos opositores, por conducto de sus diputados federales o senadores, fijaron su posición: Todos ofrecieron colaboración, pero también criticaron lo que consideran negativo para los intereses de la sociedad ante el inicio de la primera administración federal en manos de Morena. Incluso el PRI, gran perdedor en las elecciones del primero de julio, ya anunció que irá por la presidencia de la República dentro de 6 años, aunque ofreció su colaboración al nuevo gobierno. En el lado opuesto estuvo el Movimiento Ciudadano, cuyo representante fijó una posición que parecía más producto de la envidia contra su anterior aliado y candidato presidencial, AMLO, así como de arrepentimiento por haberse colocado ahora en el lado de los partidos perdedores, que de reflexión profunda y seria.
Casi todos los diputados y senadores de oposición enderezaron sus críticas contra lo que suponen será López Obrador como presidente: autoritario, violador de la soberanía de los estados
2-Los reflectores de los medios informativos de cobertura nacional y de los analistas políticos se centraron en la asunción de la presidencia por parte de Andrés Manuel López Obrador, y se olvidaron de la firma del T-MEC de México, Estados Unidos y Canadá, que ahora quedó a la espera de la aprobación por los poderes legislativos de los tres países. Casi nada se comenta de ese acto relevante protagonizado en Buenos Aires, Argentina entre los líderes de los tres países, ni siquiera porque uno de ellos gobierna a la primera potencia económica, militar y tecnológica del mundo: Donald Trump. La duda sobre la continuidad del Tratado había ocasionado pérdidas en la Bolsa Mexicana de Valores y valor del peso frente al dólar. Este lunes veremos si la nueva versión del anterior TLCAN fue positiva y sus efectos en el mercado accionario y cambiario.