*Propone el PAN en la Legislatura Local revisar este problema de policías.

El Estado de México, primer lugar en robo de vehículos en términos relativos y absolutos, desapariciones, feminicidios, asaltos en sus diversas modalidades y secuestro, registra un déficit de 13 mil 686 policías en la Secretaría de Seguridad Pública.
La situación es grave, porque se trata de un faltante de elementos de seguridad en la entidad federativa más poblada del país. La última información del INEGI reporta que los mexiquenses superan ya los 17.5 millones de habitantes.
En el tema de la Secretaría de Seguridad, en el territorio mexiquense debería existir 30 mil 600 elementos, y apenas tiene 16 mil 914; es decir, necesita contratar al menos 13 mil 686, bien preparados para mejorar la prevención del delito.
La información fue dada a conocer por la bancada del PAN en el Poder Legislativo. Por el conducto de su diputado Reneé Alfonso Rodríguez Yáñez, quien expuso los datos y propuso una mesa de trabajo de las comisiones de Seguridad Pública y Tránsito y de Planeación y Gasto Público con la titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Maribel Cervantes Guerrero.
Con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el cual participa la federación y los gobernadores, el legislador blanquiazul dio a conocer que lo recomendable es contar con 1.8 policías preventivos estatales por cada mil habitantes, lo cual no se cumple.
El promedio de uniformados por cada mil mexiquenses es casi el 0.9, de ahí la conveniencia de revisar el tema con la titular de la Secretaría de Seguridad Pública, para buscarle solución.
DEBE SER PEOR EL PANORAMA
En el anterior sexenio estatal especialistas criticaron el insuficiente número de elementos policiacos, y sostuvieron que la situación es más delicada por varios factores, como la existencia de muchos “aviadores”, la sustracción de elementos para destinarlos a la seguridad de funcionarios, familiares y amigos de funcionarios, además de uniformados que no aprobaron los exámenes del control de confianza y seguían en las nóminas.