*El grupo de Salinas de Gortari desea castigo para la corrupción del gobierno de EPN.

La lucha por los retazos de lo que el partido casi único en México, el PRI, tiene indicios de que es ruda entre neoliberales contra otros más neoliberales. El grupo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, paradójicamente, es el más interesado en el castigo a la corrupción ocurrida en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Busca de esta forma eliminar políticamente al grupo neoliberal de Luís Videgaray Caso, y especialmente a éste, de quien se siente agraviado, y a quien le atribuye traición, porque hizo carrera política a la sombra del salinismo.
Claudia Ruiz Salinas, senadora, dirigente nacional del PRI y sobrina de Salinas de Gortari presiona para que se aplique la ley al presidente Enrique Peña Nieto y sus colaboradores, pero no por afán justiciero, sino para que su grupo se quede con el tricolor.
La legisladora fue obligada a renunciar a la Secretaría de Relaciones exteriores, por intrigas atribuidas a Luís Videgaray, en el marco de la lucha interna de los priístas por la candidatura presidencial, para cancelarle cualquier posibilidad de intentar siquiera ganar esa postulación.
Ahora, en forma sorprendente, como representante popular y como cabeza del priismo nacional se declaró en contra de que se perdone la corrupción de los ex presidentes de la República, desde su tío hasta Peña Nieto.
La política hija del ex gobernador de Guerrero, José Francisco Ruiz Massieu, ejecutado en la Ciudad de México a finales de septiembre de 1994, cuando era secretario general del CEN del PRI y se le auguraba la titularidad de la Secretaría de Gobernación en el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León, plantea su exigencia de justicia porque sabe que la presunta corrupción de Salinas no puede castigarse por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pues el plazo legal para ello ya terminó.
En cambio, puede procederse penalmente contra quienes en el gobierno de Peña Nieto hayan incurrido en actos de corrupción. Y si eso ocurriera, ayudaría al grupo político de su tío, del que ella forma parte, para mantener al PRI en sus manos, una vez eliminada la oposición interna de la vertiente más neoliberal.
De paso, la senadores le ajustaría cuentas a Luís Videgaray Caso, a quien adicionalmente los salinistas le atribuyen la autoría de las maniobras para hacerla renunciar a la Secretaría General del CEN del PRI, cuando René Juárez Cisneros dejó la presidencia, para que no pudiera relevarlo.