1-Hay delitos culposos, que son los cometidos sin proponérselos; y los dolosos o intencionales, que cuando se repiten al menos tres veces por tres o más personas constituyen el ilícito de delincuencia organizada. En el caso del uso de facturas falsas para evadir el pago de impuestos, corresponde a los delitos dolosos e intencionales y de delincuencia organizada. Así se tipifica ahora, pero debe involucrar montos millonarios para que se sancione con prisión preventiva.
Como delito doloso, la mejor forma de evitarse problemas penales es no comprando facturas falsas. Quien cumpla con la ley no tendrá dificultades con las leyes e instituciones.
Por eso parece exagerado que el PAN se haya opuesto a la reforma que convirtió en delito grave el uso frecuente de facturas apócrifas y que se aplique la misma sanción a las empresas dedicadas a expedir esos documentos falsos.
2-Cuando Carlos Salinas de Gortari mandó al ejército a detener a Joaquín Hernández Galicia, “La Quina”, dirigente de los trabajadores petroleros, cometió muchas irregularidades. Acusaron al popular representante sindical de posesión y acopio de armas, nada más que quienes se encargaron de “sembrar” el armamento, lo hicieron en una casa contigua a la de “La Quina”. No importó, de todas formas le fincaron esos cargos.
También lo acusaron de la muerte de un agente del ministerio público, pero la maniobra fue tan burda que según la acusación, el funcionario ministerial fue asesinado de un tiro en la frente cuando tocó el timbre de la casa.
Después se supo que el agente del MP fue asesinado en otra parte y llevado y dejado desnudo a 50 metros de la casa del líder de los trabajadores de PEMEX. No era creíble que la víctima fuera sin ropa a desarrollar una diligencia ministerial y, menos, que luego y con un balazo en la frente pudiera haber caminado 50 metros. Así se las gastaba Salinas de Gortari.