*Las encuestas le dan ventaja a Lula sobre Bolsonaro y el domingo se define todo.
De la redacción
Hoy domingo, más de 157 millones de brasileños acudirán a las urnas para elegir entre un cambio de gobierno al progresismo, con Luiz Inacio Lula da Silva o por la profundización de un sistema de ultraderecha, representada por el presidente Jair Bolsonaro, un capitán del ejército en retiro.
En la primera vuelta, efectuada el 2 de este mes, en la cual participaron 11 candidatos, Lula triunfó con el 48.3 por ciento de los votos, por 43.2 de Bolsonaro, quien sorprendió, porque quedó a 5 puntos de su principal competidor, cuando las encesta le daban un desventaja de 10 puntos porcentuales. Para esta jornada de nuevo Lula es favorito.
En la primera vuelta del primer domingo de este mes la votación del presidente Bolsonaro fue casi 3 puntos porcentuales inferior que la de 2018, cuando ganó la primera vuelta con 46 por ciento de los sufragios válidos. Ahora busca su reelección, después de 4 años de malos resultados, como la autorización para depredar los bosques de la Amazonia, el mal manejo de la pandemia de Covid-19, la pésima conducción de la economía y el enorme crecimiento de la pobreza y desigualdad.
Por ello los especialistas en temas políticos brasileños y latinoamericanos estiman que Lula ganará la elección, aun cuando no hay certeza sobre el porcentaje de ventaja que logrará sobre el presidente que busca reelegirse.
Los partidos de izquierda o liberales, cuyos candidatos en la primera vuelta lograron en conjunto más del 7 por ciento de la votación, volcarán su respaldo en favor del exmandatario, quien hace poco más de dos años todavía estaba encarcelado, con cargos inventados, en una burda maniobra para impedir que participara en la elección presidencial y derrotara al ultraderechista Bolsonaro.
Brasil no sólo es la primera economía de América Latina y con el territorio más extenso, sino también es un país de importancia estratégica para la política de Estados Unidos en esta subregión del continente americano.
Esta condición y percepción se robusteció con el ascenso al poder en los últimos cuatro años de personajes de izquierda o progresistas, como ocurrió en México, Honduras, Chile, Argentina, Bolivia, Argentina y Perú, que si bien no son antiestadounidenses, no son incondicionales de la primera potencia económica, militar y tecnológica del mundo.
Por eso existe el temor de que intervenga en favor del reeleccionista; sobre todo, porque lo hizo infructuosamente en los países en donde ganó la izquierda y ahora atiza las maniobras para la destitución de Pedro Castillo, en Perú. Ya figuras como el ex mandatario Donald Trump expresaron su apoyo abierto a Bolsonaro.